Olga Imbaquingo Revelo. Corresponsal en Nueva York
Pírrico triunfo para el presidente Barack Obama. Así es vista la última fase para la extensión de beneficios para los millones de desempleados en Estados Unidos. Ocho republicanos se sumarán y sacarán adelante ese proyecto de ley.
Este es el tercer paquete de extensiones para ayudar a más de 11 millones de desempleados. Unos USD 66 000 millones más irán para extender el programa de ayuda y evitar que el mes siguiente un millón se queden sin ese beneficio. Los inmigrantes indocumentados y sin empleo no son beneficiarios del promedio de USD 1 200 que recibe cada trabajador que fue despedido por la crisis. De llegar a aprobarse esta medida será como una pastilla para calmar el dolor hasta que el empleo no dé señales de recuperación. Mientras en el país desde los ultraconservadores hasta los más liberales empiezan a gritar a Obama: ¡empleo, empleo!
Como dice el premio Nobel Joseph Siglitz, la recuperación será lenta y muy compleja, pero de las medidas urgentes y en la que coincide con otro Nobel de Economía, Paul Krugman, debió ser un paquete de estímulo económico de grandes proporciones, pero Obama perdió la oportunidad de conseguirlo cuando asumió la Presidencia.
Ese paquete de estímulos es considerado por muchos economistas como única forma de volver a crear empleos. Obama ha venido hablando de otra posible inyección de miles de millones a la economía, pero no encuentra votos favorables entre los legisladores de los dos partidos.
Por ahora lo medianamente posible es este alivio para los desempleados, el cual incluye extensión en el perdón de pago de impuestos a los maestros que compran de su bolsillo material didáctico para sus estudiantes, a los dueños de pequeños negocios.
Para senadores republicanos como Mitch McConnell, esta ley solo está comprando más tiempo para los demócratas.
Unos 10 000 millones de dólares mensuales se destinan para los beneficios de los desempleados.