Redacción Machala
La cosecha de 8 hectáreas de arroz de Rómel Riofrío demorará dos meses más, pero prevé que sacará un promedio de 85 quintales por cada hectárea.
El agricultor tiene sus plantaciones en el sitio La Cuca, en Arenillas (El Oro), uno de los lugares donde los cultivos de arroz, plátano y cítricos están creciendo en superficie desde hace dos años, porque existe riego.
La Encuesta de Superficie y Producción Agropecuaria señala que el año pasado se sembraron 2 676 hectáreas de arroz en la provincia, unas 250 más que las sembradas en 2007.
Manuel Sarmiento, presidente de la Junta General de Usuarios del Sistema Tahuín y productor de arroz, calcula que en La Cuca se sembraron 500 hectáreas más de arroz en dos años.
Riofrío pronostica que la cosecha de arroz será pródiga este año. Hay mucha luz y agua de riego. “En esta zona tenemos hasta 95% de horas luz (incide en el crecimiento de las plantas) y con los canales de riego hay agua permanente”.
Las tierras agrícolas de La Cuca, en el límite con Perú, son irrigadas desde hace dos años por los canales de riego que traen el agua desde la represa Tahuín, ubicada a más de 30 kilómetros de distancia.
El agua de la presa llega a un gran reservorio y de allí recorre por 16 kilómetros de canales. En su trayecto irriga tierras cultivables de La Cuca, Guayacanes, Cabo de Lampa, El Checho y una zona cercana a la Reserva Ecológica Arenillas.
La producción de Riofrío, quien siembra arroz desde hace 10 años, mejoró mucho cuando se habilitaron los acueductos. “El agua llega limpia y en muchas cantidades porque los canales están revestidos; eso bajó los costos de producción”.
La represa Tahuín riega aproximadamente 5 000 hectáreas de tierras en los cantones Arenillas y Santa Rosa, según el Instituto Nacional de Riego (INAR).
El arroz es el producto más beneficiado por el riego en esa zona de El Oro. El INAR no ofrece detalles de las hectáreas irrigadas por los canales.
600 campesinos del sur de la provincia, agrupados en siete subjuntas de usuarios, se benefician del agua de los canales de riego de Tahuín.
Los cultivos permanentes también se extienden en Arenillas. Más hacia el este, en la zona de Palmales y otros sitios colindantes con Perú, más productores incursionan en la siembra de plátano y cítricos. Alrededor de 1 200 campesinos los cultivan.
Hernán Camacho, dirigente de los agricultores de Palmales, dice que los comuneros del sector se incentivan por el cultivo del plátano porque tiene una buena venta. “Antes sembrábamos solo productos de ciclo corto, porque el río se desbordaba y arrasaba todo y no se podía tener cultivos permanentes”.
En El Oro, los cultivos de limón y plátano predominan en Palmales y en las zonas cercanas. Según el censo agropecuario, en la provincia se sembraron 892 hectáreas de plátano el año pasado; en 2006 no sobrepasaron las 540 hectáreas.
En las tierras del cordón fronterizo también se produce un 20% de todo el cacao que registra la provincia, que suman 15 531 hectáreas. La mayor parte de la producción corresponde a la variedad CCN51.
Este cultivo no se ha incrementado pese a una mayor predisposición de agua de riego.
Regina Cueva, pequeña productora de cacao y limón en Palmales, considera que se debe al bajo precio del producto y a su dificultad de comercializarlo. “No hay mucho mercado en nuestra zona para nuestro cacao, y además se gasta mucho en el cuidado de la plantación”.
Dos años atrás, había 260 hectáreas más sembradas con cacao en El Oro, según el censo.
USD 5 por el agua
Arenillas era conocida por sus cultivos de tabaco y cacao de la variedad nacional. La incursión del banano desplazó a esas plantaciones. Ahora el arroz se expande en el norte del cantón que limita con Perú.
Los usuarios de los canales de riego de Tahuín cancelan USD 5 por el ‘turno’ de agua, o 100 litros por segundo. Cada turno sirve para regar cuatro hectáreas de cultivos. El arroz demanda el doble de agua para poder desarrollarse.
El 75% de los arroceros de Arenillas practica la siembra por boleo, es decir, que se bota la semilla a la tierra, y resulta más azarosa. Produce entre 75 y 80 quintales por hectárea. La siembra por trasplante, más tecnificada, rinde hasta 90 quintales en la misma superficie.