Auna semana de que venza el plazo que el propio Presidente de la República se fijó para que se pusiera fin a los cortes de energía eléctrica en el país, los horarios de cortes de energía en Quito aumentaron entre 30 minutos y una hora, lo cual no solamente genera más incertidumbre sino que sigue provocando graves inconvenientes en la vida cotidiana.
El nuevo horario de apagones en la capital sorprendió en muchas viviendas, oficinas y empresas capitalinas, pues los ciudadanos habían recibido con satisfacción y alivio el anuncio oficial de que a partir de este jueves 10 irían mermando los racionamientos hasta terminar de manera definitiva el martes 15.
A estas señales equívocas se suma el malestar en Guayaquil por el desabastecimiento de energía en un nivel mucho mayor que el de otras ciudades, asunto que ya se superó pero que aún no ha tenido una explicación transparente.
El problema se vuelve más preocupante cuando se evidencian severos tropiezos en la negociación con China para financiar el proyecto hidroeléctrico Coca-Codo Sinclair y hay pocos indicios de que el próximo año el país no vivirá estas dificultades.
Este fin de semana llegaron los accesorios de una de las siete turbinas de 22 megavatios de potencia cada una que adquirió el Gobierno a la empresa General Electric de Estados Unidos. Una vez que las máquinas entren en plena operación (a fines de enero del próximo año), descenderá notablemente el déficit de energía eléctrica, pero, en realidad, la importación de generadores termoeléctricos es una solución de emergencia que sigue sin tocar el problema de fondo: la falta de previsión del actual y los anteriores regímenes para enfrentar con visión estratégica la demanda nacional.