La Paz, ANSA
El máximo tribunal judicial de Bolivia quedó hoy sin quórum y más de 7 000 juicios paralizados tras la suspensión de una magistrada en la cámara de diputados, a la que el oficialismo acusó de prevaricato en el parlamento.
La ministra Rosario Canedo calificó de “terrorismo de Estado” la resolución aprobada la noche de ayer al cabo de diez horas de tenso debate entre oficialistas y opositores, y se declaró en huelga de hambre en el propio hemiciclo parlamentario.
“Sólo me van a sacar muerta o a rastras, qué se podía esperar de una dictadura?”, declaró Canedo, quien anunció también que denunciará ante los foros internacionales la violación de sus derechos humanos y constitucionales.
La magistrada declaró hoy que mantendrá su ayuno.
“El gobierno tiene ya más de 60 muertos y seguramente quiere uno más. No puede ser que se atropelle los ciudadanos que merecen respeto a su dignidad humana”, dijo.
El oficialismo acusa a la ministra Canedo de prevaricato en un caso de liquidación de un banco privado hace varios años, que habría ocasionado daño económico por más de 6 millones de dólares al Estado.
“No aceptaré que se vulneren mis derechos. No se me ha permitido el derecho a la defensa ni se han tomado en cuenta las pruebas de descargo que me han exigido y he presentado”, añadió.
Tras la suspensión, sólo seis ministros de la Corte están en funciones y el quórum para que se reúna el máximo tribunal es de siete, por lo que quedó paralizado.
Su propio presidente, Eddy Fernández, está también suspendido por una resolución similar, acusado de retardación de justicia.
Según las normas constitucionales, tras la resolución de diputados ambos magistrados deben ser juzgados en el Senado, con mayoría opositora, pero el oficialismo recusó hace tres meses a varios senadores por lo que no puede tratar el tema.
La senadora opositora Tomasa Yarwi reveló hoy que se enteró, casualmente, que el propio presidente Evo Morales instruyó a sus parlamentarios que impidan que se reúna el Senado para postergar el juicio a los magistrados hasta la próxima legislatura.
Yarwi difundió la grabación de una charla telefónica con una senadora oficialista en la que ésta, aparentemente confundiéndola con una correligionaria, le dice que “son instrucciones del jefe” evitar que se reúna el Senado.
“Me han hecho incluso amenazas, pero no voy a callar. Me dijeron que me atenga a las consecuencias. La verdad es que hay intromisión oficialista, pero yo espero que Dios me proteja”, declaró Yarwi, que es de origen campesino.