Voy a contar una historia triste. Se inicia en República Dominicana en los años cincuenta, bajo la dictadura trujillista. Relataré primero el final: el 25 de noviembre de 1960 fueron torturadas y brutalmente asesinadas las tres hermanas Mirabal (Patria, Minerva y María Teresa) por la Policía Secreta del dictador Rafael Trujillo. Sus cuerpos despedazados fueron arrojados a un barranco y encontrados poco después.
Eran tres hermanas, esposas, madres e hijas y activistas políticas. Con un grupo de amigos y amigas militaban contra las injusticias de un dictador y hoy siguen representando la determinación de las mujeres en la lucha libertaria. De las tres, Minerva era la más bella y de una inteligencia prodigiosa. Se casó con un joven dirigente del partido comunista.
La tragedia se inicia cuando al asistir a una fiesta en Palacio, el dictador conoció a Minerva y se sintió atraído por su belleza.
La familia Mirabal recibió entonces varias invitaciones de Trujillo en las cuales el dictador intentaba atraer a Minerva, quien no solo lo rechazó sino que solicitó al dictador dejar tranquilos a sus amigos, perseguidos por la Policía de Trujillo.
A partir de este momento, la familia no conoció descanso.
El padre fue detenido. Poco tiempo más tarde, también Minerva y varios amigos y amigas que pertenecían a la clase media alta e intelectual, lo que creó un
clima de tensión nacional muy adverso al Gobierno.
Trujillo fue obligado a poner en libertad a las mujeres detenidas.
Sin embargo, en mayo de 1960, Minerva y María Teresa fueron condenadas a 18 años de cárcel.
Por presión de la OEA y la Iglesia, fueron liberadas “bajo palabra”. Finalmente, las tres hermanas fueron vilmente asesinadas el 25 de noviembre de 1960 y la dictadura preparó todo para que pareciera “un accidente de tránsito”.
Hoy en día, la historia de las Mirabal es conocida también como de las “mariposas”, por ser este el nombre usado por ellas en sus actividades políticas contra la tiranía trujillista.
Para mantener viva su memoria, en el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano, celebrado en Bogotá en 1981, se consagró el 25 de noviembre como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, ratificado por la Asamblea de las Naciones Unidas, el 17 de diciembre de 1999.
El mundo entero ahora celebra cada año este día, que invita a romper cada vez más los silencios sobre las tristes e inaceptables zonas de sombra de nuestras sociedades contemporáneas.
Si bien desde hace algunos años los medios de comunicación están reportando estadísticas de violencias de género que nos muestran de manera esperanzadora que las mujeres están aprendiendo a ejercer su derecho a una vida libre de violencias y, por consiguiente, a denunciar hechos de violencia contra ellas, aún muchas personas desconocen las raíces de ese día emblemático y la trágica historia de las hermanas Mirabal.
El Tiempo, Colombia, GDA