La Cancillería de Ecuador hizo un balance de la labor del organismo internacional con sede en Quito. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
La ministra Relaciones Exteriores y Movilidad Humana, María Fernanda Espinosa, señaló el miércoles 17 de enero del 2018 que “existe un gran músculo de trabajo en el seno de Unasur”, la Unión de Naciones Suramericanas, y que “la dinámica de trabajo continúa”, pese a la ausencia de un secretario general.
Así lo consigna hoy un comunicado emitido por la Cancillería de Ecuador en el que se hace un balance de la labor del organismo internacional con sede en Quito y que en 2017 desarrolló más de 80 reuniones y alrededor de una veintena de proyectos.
Unasur está formado por los doce estados de la región suramericana, cuya población conjunta supera los 400 millones de habitantes y representa el 68 por ciento de la población de América Latina, y de acuerdo a la ministra Espinosa, los datos reflejan que realiza un trabajo que de manera “activa y dinámica”.
La labor de coordinación que desempeña Ecuador abarca el seguimiento y gestión de doce consejos sectoriales y ocho instancias adicionales, e incluye a seis grupos de trabajo, todos de carácter multilateral e interinstitucional.
“Le hemos puesto un gran empeño a fortalecer la Unasur”, enfatizó la jefa de la diplomacia ecuatoriana al recordar que su país es un ferviente defensor de las instancias de integración regional.
Como logros del año pasado, la nota destaca que el organismo posicionó a nivel regional la problemática mundial de drogas ante la ONU y la aprobación de un proyecto de creación de la Red Regional contra la Delincuencia Organizada Transnacional.
En los últimos doce meses, el organismo avanzó el 95 por ciento en las negociaciones de un mecanismo de solución de controversias en materia de inversiones regionales, de la aprobación y desarrollo de la plataforma del Banco de Precios de Medicamentos, y de la extensión de la política de etiquetado de alimentos, tomando como referencia a Ecuador, indica el escrito.
Menciona asimismo “el fortalecimiento de la institucionalidad de Unasur y de su secretaría general con el perfeccionamiento de la donación, traspaso y entrega, por parte del Estado ecuatoriano de la nueva sede ubicada ahora en la cuidad Mitad del Mundo, en Quito”.
El cargo de secretario general se encuentra vacante desde hace casi un año cuando concluyó sus funciones el colombiano Ernesto Samper y desde entonces las naciones miembro no se han puesto de acuerdo en la designación de su sucesor.
Pese a que se anunció que los cancilleres del bloque se reunirían en el primer trimestre de 2017 para tratar la designación de un nuevo responsable, el relevo no se ha producido.
Solo se conoció la postulación de José Octavio Bordón -a propuesta de Argentina, que ostentó la presidencia de turno de Unasur el pasado año-, que no ha obtenido apoyos para ponerse al frente del bloque.
Unasur afronta el reto de que Buenos Aires pueda abandonar el organismo, después de que el presidente argentino, Mauricio Macri, expresara su descontento por el rechazo a la candidatura propuesta, entre otras razones.