Un manifestante toca una flauta roja en medio de gases lacrimógenos disparados por la policía durante una huelga nacional convocada por estudiantes, sindicatos y grupos indígenas para protestar contra el gobierno del presidente de Colombia, Ivan Duque, en Bogotá, el 21 de noviembre de 2019. Foto: AFP
Decenas de miles de colombianos protagonizan este jueves (21 de noviembre del 2019) una de las marchas más robustas de los últimos tiempos en contra de las políticas del presidente Iván Duque, cuyo gobierno luce debilitado tras 15 meses en el poder.
El diverso y abultado grupo de convocantes –sindicatos, estudiantes, indígenas, artistas, ambientalistas y partidos opositores– lidera un “paro nacional” contra los lineamientos políticos, económicos, sociales y de seguridad del mandatario, justo cuando su popularidad está en rojo.
“Es un acumulado de situaciones que esperamos nosotros que, así sea en una gran mesa nacional de concertación, empecemos a revisar”, explicó Julio Roberto Gómez, presidente de la Confederación General del Trabajo, una de las organizadoras.
Aunque no coincidieron en un cálculo definitivo, cuatro voceros de organizaciones que promovieron el paro aseguraron que más de un millón de personas se manifiestan en todo el país. La ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, los estimó en cerca de 207 000 en el “pico más alto” de la jornada.
Manifestantes gritan consignas contra el gobierno este jueves 21 de noviembre del 2019 en Bogotá (Colombia). Foto: EFE
Gutiérrez aseguró que “en términos generales los participantes en las marchas lo hicieron de manera pacífica”, aunque reportó enfrentamientos entre encapuchados y autoridades en Bogotá, Manizales, Santa Marta y Cali, que dejaron 28 policías y siete civiles heridos. Y ocho capturados en otras ciudades.
Por “saqueos” y “hechos violentos”, en los que resultaron lesionados 23 uniformados y dos manifestantes del total nacional, la alcaldía de Cali decretó toque de queda desde las 19:00 hasta las 06:00 del viernes.
En la capital los policías antidisturbios se enfrentaron con estudiantes, que pretendían llegar al aeropuerto internacional, y con encapuchados en la Plaza de Bolívar.
La mayoría de las movilizaciones menguaron en la tarde, especialmente en la capital por lluvias. También hubo plantones en Madrid, Berlín y Sídney.
Miles de personas ocupan la Plaza de Bolívar durante el desarrollo del denominado Paro Nacional este jueves 21 de octubre del 2019, en Bogotá (Colombia). Foto: EFE
– “¿Indefinido?” –
Algunas centrales obreras y manifestantes llamaron a mantenerse en las calles hasta que les responda el gobierno de Duque, quien ha debido encarar durante su mandato protestas de menor envergadura.
“Este paro está programado por 24 horas, pero si el gobierno no hace un pronunciamiento respecto a las solicitudes de los manifestantes, muchos de nosotros nos mantendremos en el paro de manera indefinida”, dijo a Óscar Romero, directivo de la Central Unitaria de Trabajadores, uno de los principales sindicatos.
La universitaria Johanna Suárez acompañaba la protesta hacia la Plaza de Bolívar, el corazón político de Colombia, una nación de 48 millones de habitantes. Alrededor suyo los estudiantes cantaban, bailaban y algunos tocaban instrumentos musicales.
Un grupo de manifestantes se protege durante el desarrollo de las protestas y movilizaciones por el denominado Paro Nacional este jueves, en Cali (Colombia). Foto: EFE
“La idea de un paro es que continúe a través del tiempo”, afirmó Suárez. A su lado caminaban guardias indígenas y campesinos llegados del sur del país.
En Medellín, uno de los lugares con más asistencia, el excomandante máximo de la exguerrilla FARC, Rodrigo Londoño (Timochenko), pidió al presidente que escuche las reivindicaciones. “Espero que escuchen al pueblo, tengo la esperanza de que razonen”.
-Duque monitoreó el paro-
Duque, que reconoce la legitimidad de algunos reclamos, seguía el desarrollo del paro en un puesto de mando unificado en Bogotá con las más altas jerarquías militares y policiales, y los ministros de Defensa e Interior.
Una mujer con su torso pintado protesta durante el Paro Nacional este jueves, en Cali, (Colombia). Foto: EFE
“No se puede invocar derechos para pasar por encima de los derechos de los demás”, dijo temprano, en referencia a posibles vandalismo y afectación a la movilidad.
Antes de la protesta social, el gobierno cerró las fronteras y desplegó militares en algunas ciudades apelando a mantener el “orden público”. También expulsó a 24 venezolanos acusados de querer infiltrarse en las marchas y la policía realizó controvertidos allanamientos contra centros culturales y medios de comunicación alternativos.
Sin mayorías en el Congreso y un rechazo del 69% en las encuestas, Duque aseguró que la huelga responde a una campaña de “mentiras” que busca desatar la violencia.
Manifestantes reaccionan durante el desarrollo de las protestas y movilizaciones por el denominado Paro Nacional este jueves, en Cali (Colombia). Foto: EFE
Pero el analista Jason Marczak consideró las marchas como una demostración del “descontento en la región”. “Los reclamos no resueltos y la profunda polarización sirven de escenario para esta manifestación masiva” , opinó el experto del centro de estudios Atlantic Council, con sede en Washington.
Las centrales obreras convocaron la protesta el mes pasado, y luego se les sumaron diversos sectores.
El movimiento obrero rechaza supuestas reformas para flexibilizar el mercado laboral y cambiar el sistema de pensiones, los indígenas exigen protección por el asesinato de 134 comuneros desde que asumió Duque, y los estudiantes, más recursos para la educación pública.
Los manifestantes se enfrentan con la policía antidisturbios en Bogotá, el 21 de noviembre de 2019, durante una huelga nacional convocada por estudiantes, sindicatos y grupos indígenas para protestar contra el gobierno del presidente colombiano Iván Duque. Foto: AFP
Todos cuestionan las políticas económicas del gobierno, su política de seguridad enfocada en el combate del narcotráfico, el asesinato de decenas de líderes sociales y su intento de modificar el pacto de paz que desarmó a las FARC en 2016.
En una Colombia que prevé un crecimiento económico superior al promedio regional, pero con altos índices de desigualdad y desempleo, el “paro nacional” provocaba especial expectación por la convulsión social que, sin denominador común, ha sacudido a Ecuador, Chile y Bolivia.
Personas protestan durante el Paro Nacional este jueves, en Cali, (Colombia). Foto: EFE
10 causas de la protesta en Colombia
1. Reforma laboral
Los organizadores aseguran que una reforma laboral que supuestamente prepara el Gobierno destruye la estabilidad del empleo porque pretende que a los jóvenes que entran al mercado de trabajo se les pague el 75 % del salario mínimo legal.
También afirman que abre paso a la contratación de trabajadores por horas con lo que sería casi imposible lograr la jubilación.
2. Reforma de las pensiones
Las centrales obreras argumentan que el Gobierno busca eliminar el fondo estatal de pensiones Colpensiones y dejar los aportes de empresas y trabajadores para la jubilación en manos de fondos privados, un modelo del que dicen probó su “fracaso” en Chile.
Los sindicatos aseguran que esta reforma es promovida por organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
En Colombia las mujeres se jubilan a los 57 años y los hombres a los 62, siempre y cuando hayan cotizado al menos 1 300 semanas a la seguridad social.
3. Reforma tributaria
Igualmente se oponen a los planes del Gobierno de hacer una reforma tributaria para rebajar los impuestos a las multinacionales y empresas mientras se los suben a la clase media y trabajadores.
4. Privatizaciones
El Gobierno pretende, según los sindicatos, privatizar Ecopetrol, la eléctrica ISA, Cenit (filial de Ecopetrol para el transporte de hidrocarburos) y “todas las empresas en las que el Estado sea propietario del 50 % de las acciones”.
El Estado tiene participación directa en 105 empresas a través de sus ministerios y departamentos administrativos. En 39 de ellas su participación es mayoritaria y en 66, minoritaria.
5. Corrupción
La protesta también es un rechazo a la corrupción que deja pérdidas de 50 billones de pesos al año (unos USD 14 560 millones) y señala escándalos multimillonarios como el de Odebrecht y la Refinería de Cartagena (Reficar).
Esta última, de propiedad de Ecopetrol, fue inaugurada en octubre de 2015 por el entonces presidente Juan Manuel Santos y tuvo un coste final de USD 8 016 millones, más del doble de los USD 3 777 millones presupuestados inicialmente.
6. Tarifazo nacional
En la reforma fiscal llamada Ley de Financiamiento el Gobierno incluyó un aumento del 35 % de las tarifas de electricidad para los estratos 4, 5 y 6 para “salvar” a Electricaribe, empresa de la española Naturgy (antigua Gas Natural Fenosa) intervenida en 2016.
Electricaribe presta el servicio a siete departamentos de la costa atlántica colombiana y tiene un déficit de 1,3 billones pesos (unos USD 407 millones), reveló en marzo pasado un informe de la Contraloría (tribunal de cuentas).
7. Salario mínimo
El salario mínimo vigente en Colombia es de 828 116 pesos (unos USD 240 de hoy) y quienes lo cobran reciben además un subsidio de transporte de 99.023 pesos (unos USD 28).
Según los sindicatos ese pago es insuficiente porque no alcanza para cubrir la “canasta familiar” y por eso las familias se ven obligadas al “rebusque” para completar el dinero de los gastos.
8. Incumplimiento de acuerdos
Otro argumento para la protesta nacional es el supuesto incumplimiento por parte del Gobierno de acuerdos firmados por esta Administración y las anteriores con varios sectores sociales y sindicales, especialmente con indígenas, campesinos y maestros.
9. Defensa de la protesta social
Los convocantes rechazan que el Gobierno quiera “reglamentar” el “derecho a la protesta social” y criminalizar a quienes se manifiestan en las calles.
10. Educación
Los estudiantes universitarios, que el año pasado protagonizaron una huelga de dos meses, reclaman al Gobierno el cumplimiento de los acuerdos firmados y medidas contra la corrupción en las universidades públicas.
El citado acuerdo incluyó una inversión de 4,5 billones de pesos (unos USD 1 309 millones de hoy) en las universidades públicas durante cuatro años, la mayor suma destinada a la educación superior en la historia del país, argumenta Duque.