Marcelo Cabrera maneja un discurso político conciliador

El alcalde de Cuenca, Marcelo Cabrera, trata de complacer a la oposición y el oficialismo. Xavier Caivinagua / El Comercio

El alcalde de Cuenca, Marcelo Cabrera, trata de complacer a la oposición y el oficialismo. Xavier Caivinagua / El Comercio

El alcalde de Cuenca, Marcelo Cabrera, trata de complacer a la oposición y el oficialismo. Xavier Caivinagua / El Comercio

Su meta la tiene clara: cumplir con las megaobras que ofreció en campaña electoral: 5 000 viviendas, nueva circunvalación, mercados zonales, megaparques, tabletas para estudiantes… Para cristalizar estas obras, el alcalde de Cuenca, Marcelo Cabrera, coquetea con el Gobierno y pone en riesgo su relación con Participa, el movimiento con el que se alió para ganar las elecciones del 23 de febrero pasado.

Cabrera ganó en las urnas por Igualdad, en alianza con Participa, el movimiento político que lidera el prefecto de Azuay, Paúl Carrasco, opositor al Gobierno. Esa alianza se selló pese a que Cabrera y el presidente, Rafael Correa, siempre fueron amigos. Por eso, al Presidente tampoco le incomodó que Alianza País haya perdido la alcaldía de Cuenca en febrero del 2014, como sí ocurrió con las de Quito y de Guayaquil. “Cabrera es mi amigo y ya trabajamos juntos al inicio de nuestro Gobierno. Hasta pensamos invitarlo a País”, dijo ese día el Mandatario.

Desde entonces, el Burgomaestre ha enfrentado dos momentos políticos polémicos de los cuales ha salido avante con su tono conciliador.

El primero fue en mayo pasado, cuando contrarió al presidente Correa por quitarle la mayoría que tenía Alianza País en el Concejo Cantonal. Dos concejales oficialistas, Ruth Caldas y Norma Illares, fueron seducidas por la coalición Igualdad-Participa para la elección de la vicealcaldesa. Por esa actitud, fueron expulsadas del movimiento de Gobierno.

Correa hizo público su desencanto con Cabrera. “Creí que éramos amigos. Se habló con Marcelo y le dijimos que eso nos correspondía y dijo sí, cómo no”, añadió el Mandatario en una de sus sabatinas. Cabrera no enfrentó al Gobierno, solo dijo que los funcionarios “no le informan bien de las cosas”.

A partir de ese hecho hubo fricciones con el Ejecutivo. Por ejemplo, en una de las visitas a esta ciudad, Correa condicionó públicamente la entrega de los recursos económicos para el tranvía a que no se cambie el trazado original de la ruta establecido mediante estudio por el exacalde, Paúl Granda, de País. La revisión del trazado también fue parte de las ofertas de campaña del Alcalde.

Mientras eso ocurría, la alianza se fortalecía con la firma de convenios entre el Alcalde y el Prefecto en temas como vialidad y movilidad. Pero esa luna de miel duró solo cinco meses, pues Cabrera hizo algo que provocó el enojo de Carrasco y de las autoridades de Participa.

El pasado 7 de octubre entregó un manifiesto público de apoyo a la gestión del Mandatario, con lo que se volvió a ganar la ‘amistad’ del Presidente.

Cabrera siempre ha tenido una relación más cercana con el presidente Correa que de Participa. Por dos ocasiones, antes de presentar su candidatura, recibió la propuesta para que sea diplomático en Inglaterra, donde realizó una maestría. También le ofrecieron otros espacios, incluso la adhesión a Alianza País.
Según él, no aceptó la Embajada por su familia y porque siempre se movió como profesional en Cuenca, ciudad donde nació hace 63 años. La forma de expresarse el uno del otro siempre confirmó esa relación de cordialidad y amistad. Pese a cualquier impasse, Cabrera nunca ha cuestionado al Gobierno central, desde su anterior período como alcalde.

Sin embargo, el hecho de que haya sido Cabrera quien entregue el manifiesto al Presidente generó duras críticas de las concejalas Dora Ordóñez y Monserrath Tello, de la coalición. Pero el edil Cristian Zamora, de Igualdad, argumentó que ese apoyo fue al presidente Correa y no al Gobierno, y que con esos diálogos busca conseguir recursos para Cuenca.

Solo para la construcción de la nueva circunvalación de 50 kilómetros necesita USD 518 millones y el Municipio no tiene ese dinero. Esa obra sacaría del centro de la ciudad a 16 000 automóviles diarios y fue su bandera de lucha en campaña.

El Burgomaestre también le galanteó al Presidente defendiendo los procesos de descentralización del tránsito y transporte terrestre. Esta ciudad fue la primera en asumir esta competencia en noviembre del 2013 y en incrementar la tarifa de la carrera demandada por este gremio, en agosto pasado, lo que no le representó un costo político a Cabrera.

Entretanto, desde el último incómodo día, Cabrera y Carrasco no se han vuelto a juntar en reuniones de trabajo ni eventos, aunque ambos ratificaron que la alianza sigue porque hay compromisos pendientes adquiridos en campaña. El pasado 24 de octubre Carrasco no fue invitado a la elección de la Reina de Cuenca. Pero sí le llegó la invitación y ha confirmado su asistencia para los actos cívicos de hoy (3 de noviembre de 2014). El presidente Correa también ha confirmado su participación.

Si todo eso ocurre, algunas autoridades podrían vivir momentos incómodos. Pero Cabrera aspira que este día lleguen también los resultados de la última polémica reunión: la firma de compromiso del Gobierno para financiar proyectos importantes.

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