Marcela Aguiñaga: ‘Tenemos la obligación de hacer política de verdad, que es llegar a acuerdos’

Entrevista a la asambeísta por la Revolición Ciudadana, Marcela Aguiñaga, sobre la Ley de Apoyo Humanitario y su tratamiento en la Asamblea nacional. Foto: Archivo / EL COMERCIO

Entrevista a la asambeísta por la Revolición Ciudadana, Marcela Aguiñaga, sobre la Ley de Apoyo Humanitario y su tratamiento en la Asamblea nacional. Foto: Archivo / EL COMERCIO

Entrevista a la asambleísta por la Revolución Ciudadana, Marcela Aguiñaga, sobre la Ley de Apoyo Humanitario y su tratamiento en la Asamblea Nacional.

¿Cuál es la perspectiva de Revolución Ciudadana sobre las leyes presentadas por el Ejecutivo?

Creemos que en el caso de la Ley de Apoyo Humanitario es como paños de agua tibia para un enfermo terminal, donde se pone el mayor peso de la contribución en los empleados, tanto públicos como privados, en relación de dependencia y sin relación de dependencia, aunque esto nunca lo dijo el Gobierno. Hoy el ciudadano que factura va a tener que hacer una contribución de acuerdo con ese proyecto, en virtud de sus ingresos del año 2019. Cuando las familias no tienen ingresos, ¿cómo se les pide que hagan una contribución?

¿La principal observación es la contribución?

Esa es la principal observación. En segundo lugar, quitarle liquidez a las empresas, hoy que las empresas no tienen dinero para pagar las nóminas porque no tienen ventas. Nos parece importante mencionar que los cambios en el ámbito laboral dejan en indefensión a los empleados. Es una ley incoherente, que no responde a las necesidades actuales de la ciudadanía y que no toca a aquellos grupos económicos que sí tienen ingresos y utilidades enormes.

¿Qué proponen?

Hemos propuesto que se cobre una contribución especial a todos aquellos que tengan patrimonios sobre el millón de dólares, personas naturales o jurídicas. También creemos que debería contribuir la banca, no solamente diciendo que nos va a hacer el favor de patear dos meses los pagos de tarjetas de crédito e hipotecarios, sino que al ser el sector económico que ha tenido utilidades extraordinarias tenga la obligación de contribuir en esta pandemia. Y tercero, que los grandes grupos a los que se les condonaron las deudas en el último proyecto económico urgente tengan una contribución. Ahí hay opciones de recaudación para paliar la crisis. También debe suspenderse el pago de la deuda.

Hay un mes en el que podrían negociar su posición con otras bancadas. ¿Cómo lo harán?

Es innegociable desmerecer el trabajo de los servidores públicos al pretender bajar el 10% del salario en forma permanente a los servidores públicos. Hoy la Asamblea tiene en sus manos el verdadero quehacer de la política. ¿Cuál es? Llegar a acuerdos y consensos y otras bancadas, no importa, pero que tengan puesta la camiseta de un solo color, del Ecuador. Nuestra bancada está conversando con otras, hay puntos rojos en los que hemos coincidido la mayoría de legisladores como las contribuciones y quitarle liquidez a las empresas. También tenemos que revisar algunos temas en lo laboral, no podemos estar con una visión estilo FUT de los años 70, hay que dar una mirada más amplia de cómo conservar empleos, sin que esto quiera decir retroceso de derechos, Tenemos que ver la posibilidad de cómo damos herramientas para que las empresas no despidan a sus trabajadores.

Varios sectores contradictorios e irreconciliables ahora tienen la oportunidad de hacer algo por el país...

Sí. Los ecuatorianos tienen tres preocupaciones y la primera es llevar alimento a su mesa, cómo se atienden si están enfermos y qué va a pasar con el empleo. Los políticos no podemos estar desintonizados con las necesidades ciudadanas y en eso tenemos que trabajar. Si para eso tenemos que conversar con la extrema derecha, si para eso tenemos que llegar a acuerdos con aquellos que son anticorreístas supremos, bueno, hay que hacerlo. Porque yo creo que el Ecuador no comienza ni termina con el correísmo. Los políticos tenemos la obligación de hacer política de verdad que es conversar, llegar a acuerdos puntuales y ceder en lo que se pueda y en lo que no se pueda, mantener la posición clara para que el pueblo ecuatoriano sepa a qué se debe.

FRASE

"Hay que dar herramientas para que las empresas no despidan a sus tra­bajadores".

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