Acaba de dar cinco vueltas al parque Inglés, pero su rutina aún no termina. Se sube a la bicicleta elíptica (una de las 10 máquinas inclusivas que hay en el lugar) y mientras pedalea se pone en cuclillas. Jairo Mendieta no es atleta pero le gusta ejercitarse.
“Así se aíslan mejor los músculos”, dice mientras agacha la cadera. Dos minutos después se recuesta sobre otra máquina para trabajar abdomen. Deja caer su espalda sobre el aparato, la arquea y se sienta una, dos, tres veces. Agotado se recuesta en el césped. Todo lo que hizo, estuvo mal. Buena parte de la gente que se beneficia de las máquinas que el Municipio colocó en los parques, desde el 2012, desconoce que un mal movimiento puede causarle una lesión. Pese a que los aparatos son de fácil uso, es importante tener en cuenta algunos consejos para maximizar su eficacia.
Hay más de 1 430 equipos de gimnasia en al menos 280 espacios públicos de la ciudad. El Municipio colocó en algunos lugares rótulos con instrucciones de uso. La autoridad registra un 5% de mal ocupación. Sin embargo, bastaron 20 minutos para que seis personas las usaran de forma incorrecta.
Fernando Pala, entrenador del Club Regatas, en San Carlos, asegura que las personas no saben cómo hacer los ejercicios adecuadamente. La mayoría no hace calentamiento ni estira antes de empezar.
Pala, con 20 años de experiencia, explica que la gente podría tener contracturas musculares o desgarros si, por ejemplo, hace los ejercicios demasiado rápido o muy fuerte.
Para evitarlo hay que respetar las cuatro fases que tiene el ejercicio: calentamiento, estiramiento, ejercicio propiamente dicho y vuelta a la calma.
Una rutina puede durar entre 40 y 60 minutos, tiempo en el que el cuerpo trabaja y elimina grasa, además, mejora la circulación y las articulaciones.
Las máquinas no desarrollan musculatura, solo tonifican: dan forma y dureza al cuerpo.