Los partidarios del clérigo iraquí Moqtada Sadr se reúnen en la capital, Bagdad, para una marcha de “millones de personas” para exigir el fin de la presencia de las fuerzas estadounidenses en su país, el 24 de enero de 2020. Foto: AFP
Miles de partidarios del poderoso líder chií Moqtada Sadr se congregaban este viernes 24 de enero de 2020 en Bagdad para pedir la expulsión de las tropas estadounidenses de Iraq, haciendo temer que vayan a eclipsar las otras manifestaciones contra el gobierno.
Tras el llamado de Moqtada Sadr a “una manifestación pacífica de un millón de personas contra la presencia estadounidense”, se han erigido puestos de control en Bagdad para garantizar la seguridad de la marcha.
Desde primeras horas de este viernes, día de oración en el mundo musulmán, miles de fieles se iban congregando en el barrio de Jadriya coreando gritos de “Fuera, fuera el ocupante” y “Sí a la soberanía” mientras enarbolaban banderas iraquíes.
Asimismo se instaló un escenario con el lema “Iraq es la tierra de profetas, no hay lugar para extranjeros”, aunque se desconocían los oradores.
Varias facciones paramilitares iraquíes como las proiraníes de Hashd al Shaabi, habitualmente rivales de Sadr, tenían previsto participar en la marcha.
Al mismo tiempo, el movimiento de protesta contra el gobierno se ha reanudado en los últimos días tras perder su impulso ante el recrudecimiento de las tensiones entre Teherán y Washington, enemigos jurados que intervienen ambos en Iraq para establecer su influencia, aunque puede verse eclipsado por la marcha de los partidarios de Sadr.
“En nombre del pueblo”
“Sadr no nos representa”, dijo el jueves un adolescente en la capital bloqueada por manifestantes contra el gobierno que reclaman elecciones anticipadas, un primer ministro independiente y el final de la corrupción.
El movimiento de protesta iniciado el 1 de octubre fue relegado a segundo plano tras el asesinato por Estados Unidos, el 3 de enero, en Bagdad del general iraní Qasem Soleimani, emisario de Teherán en Iraq, y de Abu Mehdi al Muhandis, su lugarteniente iraquí y número dos del Hashd, que reavivó el sentimiento antiestadounidense.
Dos días después, el Parlamento iraquí votó a favor de la salida de las tropas extranjeras, entre ellas, 5 200 militares estadounidenses desplegados para ayudar a los iraquíes en la lucha contra el yihadismo.
Las operaciones de la coalición internacional contra el yihadismo, liderada por Washington, quedaron suspendidas tras la muerte de Soleimani y las discusiones con Bagdad sobre el futuro de las tropas estadounidenses todavía no han comenzado, según el coordinador estadounidense de la coalición, James Jeffrey.
Miles de partidarios de Moqtada Sadr llegaron a Bagdad en buses procedentes de todo el país. El barrio Jadriya donde se congregan se sitúa justo en frente de la Zona Verde en la otra orilla del río Tigris. En esta zona de máxima seguridad se encuentran las embajadas, entre ellas la estadounidense así como la sede del gobierno iraquí.
Muchos observadores temen que los partidarios de Sadr la tomen por asalto, como lo hicieron en 2016 para obtener reformas del gobierno.
Moqtada Sadr, opositor a la presencia estadounidense en Iraq, reactivó a la muerte del general Soleimani su milicia, el “Ejército del Mehdi”, que había combatido a los soldados estadounidenses durante la ocupación de Iraq entre 2003 y 2011.
Autoproclamado “ reformista ” después de prestar su apoyo al movimiento de protesta, dirige también el mayor bloque en el Parlamento y varios de sus aliados ocupan puestos ministeriales.
La marcha del viernes se ha “ politizado ” , denuncia Mariam, una manifestante contra el gobierno. “ Nos manifestamos en nombre del pueblo. No somos libres. No podemos manifestarnos en nombre de cierta parte ” .
“Líder de la resistencia”
Los manifestantes contra el gobierno están en contra de la presencia de Estados Unidos y de Irán cuya influencia ha aumentado en Iraq.
En los últimos días, reactivaron su movimiento y bloquearon varias carreteras en Bagdad y en el sur.
Doce manifestantes perdieron la vida en enfrentamientos esta semana con las fuerzas del orden, con lo que suman ya 480 los muertos desde el inicio de las protestas.
Bajo la presión de la calle, el primer ministro iraquí Adel Abdel Mahdi dimitió aunque sigue en funciones ya que los partidos políticos no logran ponerse de acuerdo para designar a un sucesor.
Para Harith Hasan, experto del Carnegie Middle East Centre, Moqtada Sadr trata de jugar diferentes cartas a la vez.
“De un lado, trata de posicionarse como líder reformista (…) y de otro, quiere mantener su imagen de líder de la resistencia a la ‘ocupación estadounidense’” para ganar favores de Irán que desea la salida de las tropas estadounidenses de Oriente Medio, explica.
“Esta marcha mostrará que Sadr sigue siendo capaz de movilizar a las masas” lo que le dará, según el experto, más legitimidad, si otros grupos se suman, para pesar en la elección del futuro primer ministro.