Una manifestación afuera del Colegio Mejía duró una hora

Los estudiantes cerraron el tránsito vehicular y protagonizaron un enfrentamiento contra la policía, en los exteriores del Colegio Mejía. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO

Los estudiantes cerraron el tránsito vehicular y protagonizaron un enfrentamiento contra la policía, en los exteriores del Colegio Mejía. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO

Una protesta se registró la tarde de este jueves 25 de febrero en los exteriores del Colegio Nacional Mejía. La manifestación duró alrededor de una hora y no se registraron heridos ni adolescentes detenidos.

Todo inició a las 18:30, cuando los jóvenes finalizaron sus clases. A través de silbidos, que decenas de estudiantes replicaban como si fuera un código, se convocaron y concentraron en cuatro grandes grupos: en las calles José Antepara y Vargas, en la avenida 10 de Agosto, frente a la parada del Trole, en el interior del parque Alameda y un grupo menos numeroso se quedó en la terraza del lado sur de la institución.

La manifestación inició de forma pacífica. Los adolescentes cantaban consignas, himnos y barras a favor del colegio. Unos pocos tenían carteles: “Señor Correa, si usted no nos permite soñar, nosotros no le dejaremos dormir”, decía una de las pancartas. Ellos aseguraban estar descontentos con las políticas del Ministerio de Educación, también protestaron contra el Gobierno.

Poco a poco más estudiantes se juntaban hasta que se plantaron en medio de las calles y bloquearon el paso vehicular, primero de la av. 10 de Agosto, luego de las calles Vargas y José Antepara.

Poco antes de las 19:00, llegó el primer grupo de policías de servicio urbano, quienes lograron reiniciar la circulación de vehículos. Sin embargo, con la llegada de la Unidad de Mantenimiento del Orden (antimotines) las cosas empeoraron.

La protesta se volvió violenta y el grupo se dividió en dos: los alumnos que se taparon los rostros con sus chompas y los que querían protestar pero sin violencia.

El primer grupo de manifestantes lanzó piedras, ladrillos, pedazos de techo de zinc a los uniformados. Pero un vehículo antimotines que circulaba a alta velocidad obligó a los jóvenes a dispersarse. Se hicieron grupos más pequeños hasta que finalmente, a las 20:00, se normalizó la circulación vehicular a pesar de que había piedras de gran tamaño sobre la vía.

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