La piscina del hotel Poseidón, en el puerto manabita, está entre sus atractivos. Foto: Juan Carlos Pérez/ PARA EL COMERCIO
La empresaria Ximena Pazmiño y su personal que labora en el Hotel Royal, del cantón Pedernales, caminan a paso acelerado por los corredores de este alojamiento de 33 habitaciones. Los hombres limpian las paredes y las mujeres tienden las camas y asean los pasillos y la piscina. Esa es la tónica en estos días.
Este alojamiento es parte de los 501 hostales, hoteles, hosterías, cabañas, entre otros sitios, que están habilitados en la provincia manabita para las vacaciones en la Sierra y el feriado del 10 de agosto. Entre todos se dispone de 18 884 camas.
Para esta temporada, que ya registra la llegada de algunos turistas, también están habilitados 978 establecimientos de alimentos y bebidas.
La mayoría de propietarios de los locales turísticos espera que este feriado signifique una nueva reactivación para el sector, que aún se recupera del impacto del terremoto del 16 de abril del 2016.
Este fue uno de los sectores que sufrió las mayores pérdidas en su infraestructura, especialmente en Pedernales, Jama, San Vicente, Sucre, Manta, Puerto López y Portoviejo.
Daniel Pincay muestra la oferta de su restaurante Sabores de Mar, en Pedernales. Foto: Juan Carlos Pérez / Para EL COMERCIO
Luego de dos años y cuatro meses del sismo, el catastro se presenta con una centena menos de alojamientos.
Aun así, los operadores dicen que la actual oferta es suficiente para acoger a los más de 250 000 turistas que esperan para este mes.
Ximena Pazmiño, mientras supervisa que todo quede en orden en su establecimiento, anhela que esta temporada sea el despunte total para el sector.
Según los indicadores de visitas turísticas del Ministerio de Turismo, Manabí recibió en los últimos cuatro feriados de este año 92 513 turistas en promedio, frente a 119 512 del mismo lapso de asuetos del año pasado.
Sin embargo, el feriado de Carnaval fue el de mayor movimiento: 140 688 visitantes.
Álex Molina, dirigente de la Cámara de Turismo de la provincia, asegura que tras el sismo la provincia incorporó a su oferta una infraestructura más remozada, principalmente por nuevas construcciones.
Los turistas vacacionan en el Manta Host, que atrae por la vista que tiene a la playa del puerto manabita. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO
De acuerdo con el registro de la Dirección Provincial del Ministerio de Turismo, un total de 139 establecimientos de alojamiento y de alimentos y bebidas se registraron como nuevos entre el 27 de enero del 2017 y el 29 de junio de este año. Los locales se levantaron en los cantones Puerto López, Pedernales, Portoviejo, Manta, San Vicente y Sucre.
La provincia cuenta con más hoteles de dos y tres estrellas o de segunda y tercera categoría.
En Pedernales, este año se reconstruyeron 500 plazas hoteleras. Hasta antes del terremoto del 2016, se contaba con una oferta para 5 500 personas. Sin embargo, la tragedia dejó 2 000 plazas en pie (11 hoteles) y en estos dos últimos años se han recuperado 1 500 más.
En la actualidad, la zona urbana de Pedernales posee 31 hoteles, según el Municipio. El restaurante Son Esmeraldeño, que terminó destruido por el terremoto, es uno de los remozados al pie del malecón de Pedernales.
Carlos Macías, su dueño, cuenta que a los seis meses del movimiento telúrico reabrió su negocio. Para eso construyó una ramada con madera y hojas de zinc, en la que atendió a sus clientes hasta febrero de este año, cuando pudo levantar nuevamente una estructura de hormigón armado.
“Esto era un restaurante y un hotel de tres pisos. Ahora solo tenemos un piso, pero estamos felices de haberlo logrado”.
En el establecimiento se ofrecen más de 12 platillos elaborados con mariscos.
Para este feriado habrá promociones en cebiches, que costarán entre USD 5 y 7.
Al lado de Son Esmeraldeño se construyó el Hotel Océano Pacífico y en la segunda planta de este, el restaurante está Sabores de mi tierra.
El hotel fue inaugurado en febrero pasado y cuenta con seis habitaciones para una capacidad de 22 personas.
En San Vicente se cuenta con una plaza hotelera para unas 1 000 personas.
Canoa es uno de los destinos más visitados de ese cantón. Ahí se abrió un nuevo hotel llamado Samay, en mayo de este año. Fue construido con materiales livianos como madera, que resiste mejor a los movimientos sísmicos.
Manuel Pazmiño es el propietario del alojamiento que tiene una capacidad para 16 personas en cinco habitaciones. Antes del terremoto trabajaba junto con Ángela Marín, que ahora es su socia, como empleados de un hotel.
Pero, vieron la oportunidad de comprar un terreno hace un año y pidieron un crédito bancario de USD 30 000 para comprar el terreno.