El voluntario Alberto Xavier Borja muestra la indumentaria dañada en abril pasado. Foto: Patricio Ramos / EL COMERCIO
Luego de la tragedia causada por la fuga de gas amoníaco en el barco atunero Betty Elizabeth en Manta, en abril, los bomberos manabitas quedaron desprotegidos.
Los trajes especiales que llevaban dos de los 20 bomberos que acudieron a la emergencia por el químico ya no sirven y tampoco han sido reemplazados.
Después de abril, los trajes quedaron fuera de uso. En la actualidad, el Cuerpo de Bomberos de Manta no cuenta con esas prendas adecuadas para hacer frente a una posible nueva emergencia, afirma Sofonías Rezavala, jefe de la entidad.
La fuga de ese mes causó la muerte de siete hombres y dejó heridos a 26 estibadores. Todos los trabajadores formaban parte de una cuadrilla que descargaba pescado desde las bodegas del atunero, acoderado en los muelles del puerto de Manta.
En Manabí, según Rezavala, solo los bomberos de Manta tienen la Unidad para Materiales Peligrosos de Manta. En los 21 cantones restantes ninguno posee equipos ni un grupo especializado para afrontar ese tipo de incidentes, dice. “Si en estos momentos se presentara una urgencia derivada por cualquier clase de químico estaríamos en problemas”, indica Rezavala.
En el cuartel de los bomberos mantenses se observan los equipos y trajes de la unidad especial, pero estos últimos están inservibles.
Los voluntarios Carlos Cevallos y Alberto Xavier Borja, especialista en el manejo y respuesta de incidentes con materiales peligrosos, muestran las roturas de las costuras en varias partes de los trajes especiales.
Después de abril, los representantes de 12 entidades del puerto manabita resolvieron apoyar a los bomberos con equipos para este tipo de urgencias. En los últimos siete años se han presentado en ese cantón cinco emergencias por la fuga de gas amoníaco y fallecieron 14 personas.
El gerente de Autoridad Portuaria de Manta, Rodolfo Cano, comentó que adquirieron algunos equipos, entre ellos trajes encapsulados. “Se los puede usar cuando la situación lo amerite, no los podemos entregar a los bomberos, porque son propiedad de la entidad”.
Cano informó que los bomberos han capacitado a los estibadores que trabajan en los muelles pesqueros para que sepan qué hacer en caso de presentarse una urgencia dentro de los barcos.
Mientras que los representantes de los bomberos de Montecristi, Puerto López, Bahía de Caráquez, Tosagua y Pedernales coinciden en que ante una emergencia solicitan el apoyo de sus pares de Manta.
El voluntario Robert Marcillo de Tosagua cuenta que hace tres meses unas personas intentaban robarse tubería de una empacadora de camarón abandonada. Cuando desprendieron varios tubos empezó a salir el amoníaco almacenado en tanques; eso causó temor en la población. “Llegaron los compañeros de Manta y buscaron la solución, porque tenían los equipos adecuados”.
La directora de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos en Manabí, Orfa Cabezas, dice que “cada cuerpo de bomberos tiene su presupuesto y pueden prepararse para estas contingencias; en el caso de Manta los bomberos han gestionado con la Autoridad Portuaria la renovación de equipos especiales”.
En contexto
La fuga de gas amoníaco, que se usa en los barcos pesqueros, es un riesgo permanente en Manabí si es que no existe un manejo adecuado en la zona de las tuberías del material. Muchos de los accidentes ocurridos han sido por la rotura de los ductos.