En Manabí los alfareros resaltan lo precolombino de ese territorio

Andrés López elabora figuras precolombinas de las culturas ancestrales como la Manteña, que estuvo asentada en ese territorio. Foto: Patricio Ramos / EL COMERCIO

Andrés López elabora figuras precolombinas de las culturas ancestrales como la Manteña, que estuvo asentada en ese territorio. Foto: Patricio Ramos / EL COMERCIO

Andrés López elabora figuras precolombinas de las culturas ancestrales como la Manteña, que estuvo asentada en ese territorio. Foto: Patricio Ramos / EL COMERCIO

El barro proveniente de las zonas montañosas de Jipijapa, en el suroeste de Manabí, cobra vida en las manos de los alfareros de la comuna La Pila, en el cantón Montecristi.

Réplicas de las Venus de Valdivia, sillas manteñas en forma de U, silbatos Jama-Coaque, jarrones y vasijas de la cultura Chorrera y Machalilla se elaboran artesanalmente en los talleres de los ceramistas pileños.

La Pila, una aldea de 3 000 habitantes, está sobre la vía que comunica a Montecristi con Jipijapa y Portoviejo. En las casas de ladrillo, techo de zinc y ventanas pequeñas funcionan los talleres de los alfareros. A 200 metros de la vía principal se ubica la vivienda del ceramista Raúl Quijije.

Lleva 20 años moldeando las pequeñas Venus de Valdivia y otros 50 tipos de figuras, todas representativas de lo que fue la vida de las culturas que habitaron en Manabí y parte de la Costa del país.
En una habitación de 20 metros cuadrados prepara la arcilla, la desmenuza y mezcla con arena del mar para dar firmeza y luego con agua va formando una masa de fácil manejo. En los últimos días trabajaba en la elaboración de 80 vasijas con silbatos de la cultura Chorrera.

Con la ayuda de dos cuchillos y clavos de tres y cuatro pulgadas corta pequeños pedazos de arcilla a manera de ganchos, para formar el silbato de las vasijas que están listas.

A 20 metros del taller de Quijije se encuentra el horno donde se queman las réplicas de arcilla. Andrés López es su propietario. En un amplio patio de tierra aparecen decenas de figuras que fueron sacadas del horno en la madrugada del 20 de agosto. “Son las réplicas que representan lo que hacían nuestros antepasados, cada vez que doy forma a una estas figuras es como que el tiempo retrocediera en mis manos”, comenta López.

Las réplicas de arcilla, a diferencia de artesanías modernas, no necesitan acabados, basta una discreta capa de barniz si es el caso y están listas para ser ubicadas en las estanterías de los 20 locales que están en las márgenes de la carretera de la comuna de La Pila.

Wilson Santana Delgado, propietario del local La Pila Cerámicas, se aferra al trabajo artesanal de elaboración de figuras precolombinas.

Muchos de los habitantes de esta comunidad optaron por la producción de las cerámicas con barbotina (mezcla de arcilla con agua). “Los que quedamos fieles al barro al natural estamos enseñando a nuestros hijos y nietos, los niños son los más curiosos, preguntan mucho sobre este oficio y cómo se prepara el barro”, dice Santana.

En La Pila está una buena parte de las raíces de la cultura Manteña, explica Mariela Piloso, una estudiosa de la historia de la ancestral La Pila.

Los vecinos actuales se consideran directos descendientes de los Mantas, según crónicas de historiadores, añade Piloso. “Se describía a la cultura Manteña como una tribu donde destacaban sus viviendas pequeñas. La Pila fue descubierta en el siglo XlX por un grupo de ganaderos a quienes se les había perdido algunas reses y se establecieron en el lugar. Bautizaron al caserío como Chivive y posteriormente se la conoció como La Pila debido una vertiente de agua que fluye en pleno centro de la aldea, desde hace cientos de años”.

Las figuras precolombinas son vendidas en tiendas de artesanías en Quito, Guayaquil, Cuenca, Ambato y Galápagos, cuenta Andrés López.

Mientras los artesanos amasan el barro hasta darle la forma de figuras de las culturas ancestrales, los más jóvenes van en busca de los clientes fuera de la provincia manabita.

Los turistas de la Sierra y los visitantes que llegan en los cruceros a Manta “valoran más nuestro trabajo, muchos clientes nos traen dibujos de figuras antiguas y nosotros se las elaboramos”, cuenta López. “De esa forma también nos ganamos la vida y preservamos a nuestros ancestros”.

Las figuras de La Pila también se exportan a Estados Unidos y algunos países de Europa.

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