Los habitantes de Canoa y Briceño, del cantón manabita San Vicente, se oponen a la instalación de unos postes de electricidad, a lo largo de la línea de fábrica de la vía Spondylus.
Esa obra es uno de los 15 proyectos del Plan de Reconstrucción Integral de las Zonas Afectadas (Priza), que ejecuta la Corporación Nacional de Electricidad (CNEL) en Esmeraldas y Manabí, tras el terremoto del 16 de abril de 2016.
Entre la zona norte de Manabí y el sur de Esmeraldas se cambiarán 155 kilómetros de las redes aéreas de distribución de energía.
En la vía San Vicente – Canoa se cambiarán nueve kilómetros.
Hasta el momento se han instalado los primeros 20 postes, que miden 21 metros de altura, es decir el doble de los normales de las calles. La obra se paralizó la semana anterior.
Los moradores señalan que esa red (69 kilovoltios) perjudicará a las actividades deportivas de vuelo libre.
Por eso, en San Vicente se creó el colectivo Salvemos Canoa, que está integrado por moradores del cantón, operadores turísticos, pilotos, líderes barriales y la reina de San Vicente, Tayisiya Teplyuk.
Ella, como vocera del grupo, señaló que el colectivo propuso que los postes fueran ubicados en la montaña, donde no interfieran con el deporte aéreo, la ciclovía y el paisaje de la Spondylus. “Esa ruta ya está trazada en la montaña y aún funciona la red de energía, que fue construida hace 20 años”.
Pero, según el responsable del proyecto eléctrico en San Vicente, Eddie Astudillo, los estudios descartaron la posibilidad de hacerlo en la montaña, ya que a raíz del terremoto el suelo perdió estabilidad y en el futuro puede haber fallas.
La alcaldesa de San Vicente, Rossana Cevallos, señaló que en una reunión que tuvo con los técnicos de CNEL le informaron que sí se puede hacer el trazado por la montaña, pero que ese trabajo conllevará más recursos económicos.
Según CNEL, en esa obra se invierte USD 1 millón y al momento se encuentra paralizada. “La próxima semana tenemos una reunión con Esmeralda Tipán, subsecretaria de Distribución del Ministerio de Electricidad y Energía Renovable para analizar el tema”.
Raúl Larenas, representante de la Federación Ecuatoriana de Deportes Aéreos en Manabí, señaló que si la obra se ejecuta se pondrá en riesgo al deporte aéreo en Canoa.
Afirmó que luego de Crucita (Portoviejo), ese balneario es idóneo para el vuelo libre, ya que el viento es perpendicular y no hay construcciones altas que dificulten el aterrizaje.
Pero cuando se coloque el cableado aéreo en los postes, los pilotos podrían accidentarse. “Los postes de alta tensión representan un peligro para el aterrizaje especialmente cuando el piloto se encuentra en aprietos aterrizando”.
Eso le sucedió al piloto Juan Carlos Arrobo. Hace unas semanas el viento cambió su vuelo y debió aterrizar a un costado de la vía, donde se prevé instalar los postes. “Si hubiera estado puesto el cableado me hubiera accidentado”.
Por eso, los pilotos profesionales y aficionados de Canoa se han reunido para analizar el tema porque en noviembre tienen previsto hacer la edición 20 de un festival de vuelo libre, en el que se dictan charlas y se hacen competencias.
Para esa actividad, a la que asisten 5 000 turistas y más de 300 pilotos nacionales y extranjeros, se adquirió un terreno llamado El Nido, desde donde se hace el despegue.
El trayecto que recorren es de 60 kilómetros de ida y regreso. Los pilotos vuelan únicamente en San Vicente (Canoa – Briceño) a 400 metros de altura.“Los pilotos nos han llamado para decirnos que es posible que cancelen el viaje hasta que se solucione el problema”, dijo Larenas.
Tepliuk afirmó que este deporte y el festival de vuelo libre motivaron a que desde hace 10 años los pilotos compraran departamentos en la zona para poder hospedarse. “Los propietarios están pensando en vender”.
Para motivar a las personas a que no se vayan del cantón, hoy se tiene previsto lanzar la campaña “Yo amo San Vicente, potencia natural”, para proteger los atractivos naturales de la costa manabita.
Tepliuk aseguró que además del turismo, la salud de los moradores también corre riesgo por los efectos de radiación en las viviendas cercanas como la de Teresa Lambert, ubicada en la vía San Vicente – Canoa y a 100 metros de uno de los postes. Ella señaló que el proyecto no fue difundido. “Tengo ya un mes sin dormir, porque no sé qué sucederá en caso de un tsunami o un terremoto”.
Pero Astudillo afirmó que la obra es segura para el cantón.