Redacción Sociedad
Agitaban las tradicionales banderas rojas, exhibían pancartas con leyendas en contra del Gobierno o a favor de los maestros y gritaban consignas. Así llegaron ayer, a eso de las 11:30, hasta la Plaza Grande alrededor de 3 000 manifestantes que participaron en la marcha convocada por la Unión Nacional de Educadores (UNE).
Mucho antes de las 09:00, hora a la que fueron convocados, empezaron a concentrarse en el parque El Arbolito, en el centro norte de Quito. Llegaron en buses, busetas y más carros particulares delegaciones de maestros de Cañar, Esmeraldas, Azuay, Tungurahua, de los diferentes cantones de Pichincha, Pastaza, Morona Santiago, Guayas…
Poco a poco sumándose las diferentes delegaciones, cada una portando pancartas. Algunas de estas exhibían el rostro de Bosco Wizuma, maestro bilingüe que falleció durante los enfrentamientos del miércoles pasado entre los manifestantes de la comunidad shuar y elementos de la Policía, en el puente sobre el río Upano, entrada a Macas.
Pasadas las 10:30, los manifestantes empezaron a desplazarse hacia la avenida 10 de Agosto rumbo a la Plaza Grande. Un grupo de policías a pie y otros en motos o patrulleros escoltaron a los manifestantes, muchos de ellos llevaban puestos gorros para protegerse del sol, que a esa hora sofocaba el ambiente.
Mientras avanzaba la marcha que copaba la vía, el tránsito vehicular desaparecía de esta avenida, que a esa hora normalmente suele estar congestionada.
Los dueños de los negocios de la zona apenas advertían que se aproximaban los protestantes se apresuraban a cerrar las puertas de los locales por precaución.
Sin embargo, no se registraron desmanes ni enfrentamientos con la Policía, cuya presencia fue notoria, por ejemplo, junto al local de la Dirección de Educación de Pichincha. Más de 30 uniformados custodiaban la entrada.
Hasta que la marcha llegó hasta la Plaza Grande y rápidamente los espacios fueron copados por los manifestantes.
Una hilera de policías a lo largo de la calle García Moreno, entre la Chile y la Espejo, resguardaba el Palacio de Carondelet. Igual en el pasillo interior hubo la presencia de militares.
Mientras los maestros seguían gritando las consignas, los dirigentes pugnaban por ingresar al Palacio Presidencial. Incluso a momentos hubo forcejeos, pero finalmente entró una
delegación encabezada por la presidenta de la UNE, Mery Zamora, y compuesta por la mayoría de los presidentes provinciales del gremio.
Adentro lograron reunirse con el vicepresidente Lenín Moreno, los ministros de Gobierno y Educación, Gustavo Jalkh y Raúl Vallejo, y el secretario de la Administración, Vinicio Alvarado. Afuera, los maestros, unos de pie y otros recostados en los espacios verdes, permanecían en vigilia.