Mae Montaño, asambleísta por el movimiento Creando Oportunidades (CREO). Foto: Paúl Rivas /El Comercio
Entrevista a Mae Montaño, asambleísta por el movimiento Creando Oportunidades (CREO).
¿Cree que es una batalla perdida pedir que se archiven las enmiendas?
No. Soy optimista. Los tiempos se agotan pero aún hay un margen. Pero no está en las manos de los políticos. En realidad se trata de una decisión del pueblo ecuatoriano.
Pero el panorama en la Asamblea, con los 100 votos del oficialismo…
Por eso digo que no está en manos de los políticos. El destino de las enmiendas no depende del balance oposición-oficialismo como votos, porque en la Asamblea no hay nada por conseguir. Solamente con la presión ciudadana que se ejerza en este tiempo veremos el desenlace de las reformas.
¿Cómo convocar a esta presión ciudadana?
Ojalá tuviera la fórmula. Solo tengo una sensación o un presentimiento. Es como cuando se ve el agua con burbujas que se empieza a formarse antes de hervir. Va a depender del fuego.
¿Las enmiendas provocarán estas movilizaciones o la situación económica?
Es la economía. Lo que más duele a la gente es sentir el golpe al bolsillo. Sin embargo, el ecuatoriano no rompe el vínculo político y está muy pendiente de eso. Algunas enmiendas no bajan a la población, pero sí el tema de la reelección. Cuando escuchan la palabra enmienda, inmediatamente asocian a reelección indefinida. Y posiblemente ese sea el enlace: la permanencia de alguien que llevó la economía a esta situación. La gente se está reuniendo, se forman colectivos. Y en sus discusiones aparecen los temas económicos, las medidas del Gobierno con los combustibles. Esos temas contribuyen para que crezca esta temperatura social.
¿Cuál debe ser el papel de los políticos en esta movilización que imagina?
Estar al lado de esta efervescencia que creo que se va a dar.
¿Entonces los políticos no son una representación real de la ciudadanía?
Hay dos momentos: el antes y el después de la aprobación -o no- de las enmiendas. Y este “después de” es eminentemente político. Sin descartar a las organizaciones sociales que tendrán que seguir contribuyendo, pero ya estaríamos hablando del proceso electoral. Después de la aprobación de las enmiendas hay que concentrarse en lo electoral y las organizaciones políticas deberán asumir un rol protagónico.
¿Serán confiables desde ese momento?
He ido a las movilizaciones y los ciudadanos no quieren ver a ciertos políticos que intentan tomar el liderazgo porque sienten que es algo de ellos. Por eso los políticos debemos entender los momentos y ser realistas. Pero cuando ya se trate de elecciones, son las organizaciones políticas las que tienen la capacidad para organizar la demanda colectiva.
Inevitablemente el calendario electoral ya rige…
Por eso hay dos escenarios con las enmiendas. Pero con su aprobación o sin su aprobación –que sería una señal muy clara de que la ciudadanía puede y los representantes tienen que responder a ese llamado- el proceso electoral se tiene que dar en el 2017.
La oposición firmó un acuerdo en busca de la transparencia legislativa. ¿Es el inicio de algo?
Que las organizaciones políticas tienen que dar un salto cualitativo, primero para entender que, sin acuerdos, se afronta en desventaja el próximo proceso electoral. Hay un consenso: en el 2017 vamos a enfrentar un sistema electoral que tiene muchas debilidades; una autoridad electoral que está parcializada por su propia naturaleza y origen, no por sus individualidades necesariamente. Si tomamos en cuenta los últimos años de la política ecuatoriana, me parece que es el mejor resultado: ya nos hemos encontrado, ya tenemos una agenda concreta, y ya podemos enfocar nuestra acción en temas que son vitales para la democracia con enmiendas o sin enmiendas.
¿Y alianzas electorales?
Decir que no hay posibilidad de alianzas es ir en contra de la dinámica de la política. Guillermo Lasso es nuestro precandidato, pero hay una dinámica política que no se puede negar. Para una alianza de cualquier naturaleza hay que poner sobre la mesa las fortalezas, el capital político. Si no hay ese análisis, para gestar hacia donde vamos, con qué fuerzas y con qué recursos, se hará difícil cualquier acuerdo.
Si no hay alianza, ¿estarán frente al fracaso?
No. El acuerdo nacional para conseguir el voto transparente no nació esta semana. Pero no deja de ser interesante. En las elecciones para la Asamblea Constituyente, la fuerza de AP era mayor porque estaba en plena luna de miel, pero había organizaciones que intentaban llegar a un acuerdo electoral para el conteo de votos y no fue posible. En las siguientes elecciones tampoco se pudieron concretar acuerdos básicos. En química, hay procesos de reacción de un elemento con otro que no son posibles si no hay un tercer elemento, que se llama catalizador. Son sustancias que no serán parte del compuesto que se va a conseguir, sino que logran que los dos reaccionen y se unan. En la política nacional, vamos a necesitar ese catalizador que venga de la sociedad civil y que convoque a las organizaciones políticas a una mesa en la que se sientan en igualdad de condiciones.
Su trayectoria
Nació el 7 de abril de 1953 en Esmeraldas. Es docente de profesión. Fue parte de la Asamblea Constituyente. Fue directora del desaparecido partido Una Nueva Opción (UNO).
Su punto de vista.
Hay dos momentos políticos: antes y después de las enmiendas. En el primero, se requerirá de la movilización ciudadana para evitar su aprobación. De darse o no, comenzará la carrera electoral, tarea que corresponderá a las organizaciones políticas.