Las líderes de las organizaciones Madres y Abuelas de Plaza de Mayo protagonizaron un fuerte cruce de declaraciones, con acusaciones de “traición”, al celebrarse el viernes 24 de marzo del 2017 el 41 aniversario del último golpe de Estado en Argentina.
Hebe de Bonafini, dirigente de las Madres de Plaza de Mayo, acusó de “traición” a la líder de las Abuelas, Estela de Carlotto, por haber firmado un convenio con la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, de la coalición oficialista Cambiemos.
Bonafini aseveró que su movimiento, que nació durante la última dictadura militar (1976-1983) para buscar a sus hijos desaparecidos, dejó de ser un organismo de derechos humanos.
“Somos una organización política y nuestro partido es el kirchnerismo”, aseveró al confirmar su alineación con el Frente para la Victoria de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
“Quiero hablar un poco de traiciones y entregas. Estela de Carlotto firmó un convenio con Vidal, una asesina que está matando de hambre a un montón de gente, que lleva comida podrida a los comedores”, declaró la activista en su tradicional ronda de los jueves alrededor de la Pirámide de la Plaza de Mayo, que las Madres realizan desde hace casi 40 años.
Bonafini, de 88 años, fue una aliada política del kirchnerismo y recibió de sus gobiernos multimillonarios fondos para sus fundaciones, una de las cuales -llamada Sueños Compartidos– es investigada por supuesta malversación de fondos.
En respuesta, Carlotto llamó a la líder de las Madres de Plaza de Mayo a “tener conciencia democrática, no fanatismo”. “Cuando el pueblo vota y elige un gobierno, el respeto tiene que ser absoluto, nos guste o no guste, cada uno tiene que adaptarse y adoptar el camino que toque en estos cuatro años de gobierno. La relación tiene que estar, no podemos encapsular en un ‘no me gusta’. Diálogo hay que tener”, subrayó la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo en declaraciones al canal C5N.
Carlotto afirmó que “es muy doloroso” que Bonafini la haya llamado traidora.
Las diferencias entre las organizaciones llevó a coordinar el viernes distintos horarios para marchar a la Plaza de Mayo para conmemorar el 41 aniversario del golpe de Estado que el 24 de marzo de 1976 derrocó a la presidenta constitucional María Estela Martínez de Perón e instauró una sangrienta dictadura, que, según los organismos de derechos humanos, dejó 30 000 desaparecidos.