Lula probó su liderazgo en Unasur
Santiago Estrella Garcés,
Corresponsal en Buenos Aires
Determinar la debilidad o fortaleza alcanzada por la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), luego de la cumbre extraordinaria del viernes en Bariloche (Argentina), es una tarea que estará a cargo de la historia.
Una lectura geopolítica
El presidente del Instituto Fernand Braudel de Economía Mundial, Rubens Ricupero, le dijo a la revista América Economía que el presidente Lula de Brasil no podía oponerse, del todo, al acuerdo militar de Colombia y EE.UU.por razones estratégicas.
Según explica, Brasil, a pesar de ser un país grande y potencia regional, no puede suplantar la ayuda de EE.UU. a Colombia “ni militar, ni de plata ni de armas, ni de doctrina. Los resultados de Brasil en materia de narcotráfico son catastróficos”.
Ricupero dice que históricamente Brasil nunca buscó mostrarse ante EE.UU. como un rival directo. De allí que la preocupación inicial de Lula al convenio militar de Colombia trastocó “erróneamente” ese tradicional talante frente a Washington.Lo destacable de esta reunión es este joven organismo no se fracturó, como lo sugerían algunos pronósticos formulados días antes de la cita. El tono de beligerancia y acusaciones que mantenían presidentes como Álvaro Uribe (Colombia) o Hugo Chávez (Venezuela) avizoraba una crisis.
Para evitarla, la participación brasileña fue determinante. Este país logró manejar la cita, poniendo paños fríos para calmar las tensiones. Y, cuando fue necesario, actuó como padre de familia para retar a los demás mandatarios.
Eso ocurrió con Rafael Correa, porque habló dos veces en el marco de las deliberaciones. Ante tal reclamo, el Mandatario ecuatoriano justificó que su primer discurso fue como presidente pro témpore de Unasur y el segundo para dar la posición de su país.
Preocupado por los efectos de imagen, Lula fue el único que no quería que la transmisión de los debates fuera en tiempo real. “Habíamos leído en la prensa que la Unasur peligraba y con transmisiones en vivo no actuamos de acuerdo a nuestros corazones, sino pensando en nuestro público. Al público no le interesa lo que discutimos sino lo que resolvemos”, dijo en ese foro.
Sin embargo, más hábil fue Uribe, quien llegó hasta los periodistas, cuando la cumbre comenzaba, para que “las mentalidades democráticas puedan escuchar lo que se discuta allá adentro”.
Como el tema central de la cita fue la preocupación regional por la presencia de fuerzas militares de EE.UU. en siete bases colombianas, Uribe estaba en el centro de la polémica. Y definir su posición en público le resultó exitoso.
No obstante, más fueron las voces críticas, alrededor de la mesa de debates, que las de apoyo. Colombia solo contaba con el respaldo de Alan García, presidente de Perú, pero aclarando que la cooperación militar entre Bogotá y Washington no puede trasgredir las fronteras del vecino país.
Es así que el papel de mediación de Lula da Silva en la cita fue clave. Ya lo había hecho, y con éxito, en la reunión de Santiago de Chile, a finales de 2008, cuando se analizó la crisis interna de Bolivia. El mandato de Evo Morales estaba amenazado por un golpe de Estado. Pero su colega brasileño, a quien Morales llamó “hermano mayor”, lo neutralizó con un oportuno frente externo.
La mediación de Lula en la cita de Bariloche, necesaria para que Colombia no recibiera todo el peso de sus detractores, no obstante, tuvo sus matices. Brasil pidió a Colombia y a EE.UU. “garantías jurídicas” para que no se violentara la soberanía de los otros países.
“Actuamos pensando en nuestro público. Al público no le interesa lo que discutimos sino lo que resolvemos”.Con este detalle, el acuerdo bilateral de Uribe superó el obstáculo regional que se le había atravesado. Unasur solo observará el avance de estos convenios...
El papel de Brasil, como gran impulsor de Unasur y su Consejo Suramericano de Defensa se plasmó en el “proyecto de decisión” del acta final que firmaron los presidentes. Allí se estableció el mencionado mecanismo de vigilancia para Colombia.
Lula logró así que Uribe obtuviera cierto de margen de maniobra en la reunión. Para tal efecto, se reunió con el
“La única manera de evitar conflictos precipitados contra nosotros es que nos contengamos en las palabras”.presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Le era indispensable que las tensiones con Colombia bajaran de tono, para lo cual había que acercarse al Mandatario bolivariano, quien había anunciado la ruptura total de las relaciones con su vecino.
“La única manera de evitar los conflictos precipitados contra nosotros es que nos contengamos en las palabras. Las palabras tienen un poder excepcional. Las bien ubicadas no se publican, pero una que fue mal puesta puede generar un lío después”, dijo Lula.
Si bien Chávez leyó un informe sobre el Libro Blanco del Comando Sur de EE.UU., en donde se sostiene que bases
“Los avances políticos en Sudamérica aún son incompletos. La U. Europea demoró 50 años”.
Inacio Lula Da Silva
Presidente de Brasilcomo Palanquero (Colombia) servirán para movilizaciones y control del continente, el tono en que lo hizo no fue tan airado. El Mandatario brasileño alcanzó, entonces, otro resultado exitoso a su favor.
A pesar de las dudas que ha despertado la débil cohesión de los países sudamericanos, Lula mantiene una visión positiva.
“No vemos con claridad los avances políticos que ya logramos en Sudamérica. Por supuesto que todavía es un avance incompleto. La Unión Europea se demoró 50 años de discusiones”.