Luis Gallegos: 'El interés es generar empleo con base en la exportación'

El Canciller cree que el mayor valor de su gestión debe ser el pragmatismo en las relaciones internacionales.

El Canciller cree que el mayor valor de su gestión debe ser el pragmatismo en las relaciones internacionales.

El Canciller cree que el mayor valor de su gestión debe ser el pragmatismo en las relaciones internacionales. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

El canciller Luis Gallegos tiene 73 años y reemplazó desde el pasado 9 de julio a José Valencia. El último cargo diplomático que tuvo Gallegos fue actuar como representante del Ecuador ante la ONU, en Nueva York. Antes fue Embajador en EE.UU. También es asesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard.

¿Qué se ha logrado en las negociaciones con EE.UU.?

Los dos gobiernos se reunieron para tratar temas de migración, seguridad, cooperación, especialmente la no reembolsable, hoy que estamos en la etapa del covid-19. Creo que ha sido un gran logro el que se obtenga el ingreso de las rosas al SGP. La negociación para un tratado llega en buen momento, porque hay bases para concretar un instrumento de comercio.

Hay que ir más allá de las preferencias comerciales de corto plazo...

He estado vinculado a las extensiones de los sistemas de preferencias por dos décadas y es hora de concretar mejores condiciones, porque las preferencias tienen que pasar por una negociación en el Congreso, deben ser aprobadas cada tiempo y tienen topes de exportación. Ecuador es el único país del Pacífico que no tiene un tratado con Estados Unidos. Ahora que tenemos uno con Europa, soy un convencido que este tipo de aperturas tienen que traer más empleo.

¿Cuánto se podrá avanzar si se viene el cambio de Gobierno en EE.UU.?

Estamos conscientes de que en Estados Unidos hay un presidente electo, que es el señor Joe Biden, pero también de que hubo una elección parlamentaria. La Cámara de Representantes será renovada, así como la tercera parte del Senado, y solo sabremos a finales de diciembre la recomposición de las Cámaras, que es fundamental en la relación comercial. La oficina del negociador de comercio es supervisada por el Comité de Medios y Arbitrios en la Cámara de Representantes y por el Comité de Finanzas. Por lo tanto esa oficina, que está en la Casa Blanca, tiene que acudir a consultas. Esto se hizo para que las negociaciones de comercio tuvieran una supervisión del Congreso y no hubiera problema de reabrir los tratados. Es un tema que no solo atañe a la voluntad de los ejecutivos, radica también en el Parlamento americano. Nosotros hemos hablado con líderes legislativos, republicanos y demócratas. La agenda que tuvo Iván Ontaneda en Washington es muy rica en este tema.

Los demócratas no se interesan mucho en Latinoamérica. ¿Cuánto perjudica al tratado el cambio de administración?

Debe haber un pragmatismo en la relación con Estados Unidos. Debemos reconocer que hay 1,5 millones de ecuatorianos en ese país, que es el mayor socio económico y que lo que está en juego es que le vendamos más a Estados Unidos para tener superávit. Es importante tener certezas para inversiones que permitan generar empleo.

A los demócratas les interesa que haya una estructura de un tratado con Ecuador, toda vez que somos un jugador importante en la región y tenemos la vocación de la lucha antinarcóticos. Por nuestras propias capacidades, capturamos una tonelada de narcóticos pasando un día. Ese es un tema de seguridad que es de primacía en el Ecuador y es apreciada por Estados Unidos.

¿Ese pragmatismo hará que nos centremos en temas de seguridad?

Tiene que haber una cooperación en seguridad, pero tenemos que asegurar una cooperación más intensa de Estados Unidos y me refiero a la no reembolsable, que permita crear trabajo para ayudar a las personas que han perdido su empleo en esta crisis por el covid-19. Tenemos necesidad de una cooperación americana para salir del tema de la pandemia con las vacunas y lo demás. Así, tenemos necesidad de tratar y mantener con ellos una relación pragmática, que supere los ‘impasses’. Siempre habrá ‘impasses’, hay que saber superarlos, hay que negociar, tener un diálogo abierto y buscar que primen los intereses nacionales.

¿Se dejaron las bases del tratado para luego llegar a temas complicados, como la propiedad intelectual y los transgénicos?

El proceso cronológico arranca con una nueva relación con EE.UU. durante el gobierno del presidente Lenín Moreno, con su liderazgo hay mayor proximidad. Debemos llegar a una negociación integral que respete nuestro desarrollo relativo, que tenga las medidas importantes para defender ciertos sectores y aprovechar las circunstancias.

El ejemplo más viable es el acuerdo con Europa. Se decía que no debía haber ese tipo de tratados, pero con Europa hemos logrado un superávit. Por lo tanto, es de interés para el Ecuador generar empleo y bienestar con base en la exportación de productos. Debemos luchar contra la pobreza y buscar nichos de mercado para la quinua, el melloco, las papas, donde nuestros competidores ganan mercados internacionales.

¿La negociación comercial debe hacerse a la par de temas de seguridad?

Vivimos una expansión del narcotráfico, que pone en serios problemas a la seguridad nacional. Debemos tener un acuerdo nacional contra este flagelo, y debemos luchar con todos los países. Para mí, el anclaje de un razonamiento de abrir mercados está dado por la misma realidad: tenemos que dar trabajos dignos y legales, de ahí que sigamos trabajando a la par en acuerdos de seguridad y comerciales.

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