Varias ciudades están bajo el agua en el norte de Perú. Foto: AFP
Las fuertes lluvias que cayeron el miércoles, 22 de marzo, sobre los departamentos peruanos de Piura y Tumbes, en el norte del Perú, fueron las más fuertes en la zona en los últimos 18 años, confirmaron este jueves autoridades científicas.
La lluvia, que se prolongó por 10 horas e incluyó descargas eléctricas, fue especialmente fuerte sobre Sullana (Piura), donde alcanzó 192,5 litros por metro cuadrado. La ciudad quedó inundada y fue necesario rescatar por vía aérea a 130 pobladores del barrio de extrema pobreza Cuatro de Noviembre.
Una persona murió electrocutada cuando se aferró a un poste de luz, antes de que por precaución se cortara el servicio de energía.
En Tumbes, entretanto, la lluvia alcanzó los 98,2 litros por metro cuadrado y causó la caída de cinco casas en el barrio Andrés Araujo, también afectado por la pobreza. Piura y Tumbes, en la frontera con Ecuador, han sido los departamentos más afectados entre los 20 que han sufrido daños por el fenómeno de ‘El niño costero’, una anomalía metereológica que empezó en diciembre y que según los científicos se extenderá hasta mediados de abril.
El aguacero del miércoles no solo echó a perder lo que se había avanzado en reconstrucción, sino que generó problemas nuevos en zonas que hasta ahora salían relativamente bien libradas.
Las fuertes lluvias e inundaciones, iniciadas a comienzos de diciembre, han causado hasta ahora 84 muertos en todo el país, según las cifras actualizadas en la tarde de hoy por el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional. Otras 20 personas siguen desaparecidas.
Las nuevas cifras añaden que hay 209 heridos, 667 000afectados, incluidos más de 111 000 que perdieron todos sus bienes, mientras que 149 000 casas han sufrido daños.
Las pérdidas en infraestructura son enormes, pero de momento incuantificables. El fenómeno de ‘El niño costero’, llamado así para no confundirlo con el fenómeno El Niño que afecta cada cierto tiempo al Pacífico, recalentó el mar del Perú y del sur de Ecuador, con lo que desató lluvias fuertes y constantes que a la vez derivaron en desbordes e inundaciones.
Los reportes no han señalado en cuánto estaba el récord de lluvia vigente desde 1998.