¡Cuidado con las vías de El Oro, Loja y Alóag!

Lluvias Portovelo

Lluvias Portovelo

El cantón Portovelo es uno de los más destruidos por la crecida del río Amarillo. En el cantón Zaruma se limpian los escombros de la vía Salvias. Foto: Mario Faustos/El Comercio

Las lluvias intensas y prolongadas afectan con fuerza a la parte alta y la región fronteriza de la provincia de El Oro.

Mientras en el cantón Huaquillas, en el límite con el norte peruano, el caudal del río Zarumilla descendió el domingo, en el altiplano los afluentes como el Piñas o el Amarillo siguen azotando a los poblados asentados en sus orillas.

La intensidad de las precipitaciones provocó entre el viernes y el domingo pasado al menos 12 deslaves de diferentes magnitudes en las vías que comunican a los cantones Zaruma, Piñas y Portovelo con sus parroquias rurales.

En la vía parroquial Zaruma-Salvias, en el noreste de la provincia, dos voluminosos deslizamientos obstruían hasta el martes el paso de carros a los pequeños caseríos agrícolas.

Maquinaria de la Prefectura de El Oro y de la Municipalidad de Zaruma despejó el mediodía de ayer temporalmente la vía, con lo cual se facilitó el paso de los habitantes. La maquinaria retiró alrededor de 200 metros de un lodo espeso que imposibilitaba la circulación.

Pero para habitantes del sector de Sinsao, el drama continúa. Elsa Orellana, de 60 años, vive con su esposo y sus tres hijos -uno de ellos con discapacidad visual- en una vivienda de cemento, cuyas bases fueron carcomidas por la fuerza del caudal crecido del río Amarillo.

Sucedió la tarde sábado. Orellana lo recuerda con temor. “Llevamos ocho años viviendo aquí y es la primera vez que el río crece tanto. Imagínese si hubiera pasado de madrugada”. Ella y los 23 miembros de otras cuatro familias del barrio Ortega Bajo, a 12 kilómetros del centro de Zaruma, debieron ser alojados a la Escuela Manuel María Sánchez, a pocos metros de las viviendas afectadas.

El departamento de Ayuda Social de la Prefectura arribó al sitio con sacos de alimentos y vituallas. Pese al riesgo, los afectados vuelven durante el día a las casas, para limpiar y cuidar sus pertenencias. El río seguía embravecido cerca de las viviendas del caserío.

El mismo río Amarillo causó más estragos aguas abajo en el cantón Portovelo, un poblado de alrededor de 16 000 habitantes, cuya economía se sostiene en la pequeña minería.

El Amarillo se desbordó el sábado sobre la Ciudadela Florida y 14 de Enero. Esos asentamientos urbano marginales, seguían hasta ayer con sus calles cubiertas de lodo.

No fueron los únicos daños. La fuerza de la correntada destruyó parcialmente los viejos muros de contención que protegen zonas bajas e incluso el centro del poblado. También carcomió los muros de tierra de las piscinas donde las compañías mineras depositan los desechos químicos del procesamiento de los minerales.

Ayer por la mañana, 10 uniformados del Grupo de Caballería La Avanzada del Ejército colocaban sacos con piedras en el tramo afectado. “Estamos colocando 200 sacos para proteger una franja y evitar que el río ingrese”, dijo el subteniente Raúl Álvarez, a cargo de la tarea. El Ejército también apoya con patrullajes nocturnos en los barrios de donde fueron evacuados los afectados. Estos fueron alojados en la Escuela Fiscal Federico Froebel, en el centro de la ciudad.

Geovanny Sánchez, minero que habita cerca de uno de los tramos colapsados por la correntada, relató que hacía más de 7 años que no observaban una crecida de tal magnitud.
Para evitar más daños, la Prefectura improvisó un muro de rocas en la Ciudadela Florida.

Las vías que comunican al cantón Piñas con una serie de caseríos rurales también están afectadas por deslaves, aunque de menor tamaño. La Municipalidad logró el lunes abrir los tramos obstruidos.

Las lluvias y la vialidad

El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) pronostica que entre hoy y mañana se presentarán precipitaciones en todo el país, pero de diferente intensidad.

En el centro y sur de la Sierra, Santo Domingo de los Tsáchilas y Cordillera Oriental (entre la Sierra y Amazonía) se prevé que sean más intensas.

Según el técnico del Inamhi, Édgar Vaca, “habrá lluvias aisladas por horas y lugares, principalmente en la Sierra”.

Mientras tanto, la vía Alóag-Santo Domingo seguirá cerrada. Precisamente este día, el prefecto de Pichincha, Gustavo Baroja, tiene previsto firmar la declaratoria de emergencia de esa carretera, ante el pedido del Comité de Operaciones de Emergencia provincial.

Hasta ayer, los dos técnicos peruano y español realizaban las evaluaciones del estado de la principal arteria entre la Costa y la Sierra, que está cerrada desde el 19 de marzo, por causa de varios deslizamientos.

Las otras vías en mal estado están en Loja. Las lluvias casi diarias siguen causando daños y pérdidas. Ayer, se registraron nuevos deslizamientos en diferentes sectores de los cantones Chaguarpamba, Pindal y Olmedo, que ponen en riesgo viviendas cercanas.

También hay tramos afectados de las vías que unen la capital lojana con Catamayo, Macará, Celica y Zapotillo. En Zapotillo, en cambio, las lluvias provocaron la crecida de caudales de los ríos y socavaron las bases del puente Vicín, en la vía que conduce a Macará.

En cambio, las vías principales de la Sierra norte y centro están expeditas. En la Panamericana, que enlaza a Imbabura y Carchi, se suspenderán, desde hoy hasta la medianoche del domingo, los trabajos de ampliación de dos a cuatro carriles. Así explicó Omar Chamorro, subsecretario del Ministerio de Transporte y Obras Públicas de la Zona 1.

La vía Ibarra - San Lorenzo (Esmeraldas), que sirve como ruta alterna entre la Sierra y la Costa, también está en optimas condiciones. Sin embargo, Chamorro recomendó a los viajeros tener precaución en el tramo Ibarra - Lita, en donde ocurren pequeños deslizamientos. En Esmeraldas y Manabí, las vías están en perfecto estado para viajar a las playas.

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