Límite de velocidad es 15 km/h en parqueos

En los parqueaderos del Quicentro Shopping, las personas deben caminar únicamente por las líneas amarillas. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO.

En los parqueaderos del Quicentro Shopping, las personas deben caminar únicamente por las líneas amarillas. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO.

En los parqueaderos del Quicentro Shopping, las personas deben caminar únicamente por las líneas amarillas. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO.

Es como una pequeña ciudad, con normas y reglas tanto para los peatones como para los conductores. El lamentable incidente en el estacionamiento de un centro comercial de Cumbayá en el que perdió la vida una joven de 24 años el martes 4 de junio del 2019, trajo a debate la seguridad en ese tipo de espacios.

La mañana del viernes 7 de junio, en el Centro Comercial El Condado (que recibe hasta dos millones de usuarios al mes), los vehículos ingresaban lentamente al parqueadero señalizado con pintura en el piso, letreros, reductores de velocidad y conos. Durante 20 minutos, los autos se estacionaron en reversa, como exige la norma de ese lugar.

Al dejar su vehículo, algunas personas se entretenían con el celular y cruzaban el parqueadero por la mitad, no por los extremos como deberían.

En Quito hay 14 centros comerciales grandes que están en manos particulares y cada uno cuenta con parqueaderos. Cada local tiene sus normas. En El Quicentro, por ejemplo, donde existen 1 200 estacionamientos, los vehículos no deben superar los 15 kilómetros por hora.

Tampoco pueden invadir vía, irrespetar los espacios para embarazadas y personas con movilidad reducida. Al ingreso, hay una valla donde se indica al conductor el límite de velocidad, en el piso hay señales amarillas que muestran las zonas seguras por donde los peatones deben caminar, hay señales sobre las direcciones de las vías.

Kenia Ortiz, supervisora de Seguridad del Quicentro Shopping, explica que cuando un conductor o un peatón incumplen las normas, uno de los dos guardias por subsuelo con los que cuentan llama su atención.

Freddy Muñoz es uno de ellos. A veces lo hace a pie y otras en bicicleta. Su misión es verificar que las normas se cumplan. Asegura que es común encontrarse con personas que se meten en contravía, que aceleran más de lo permitido o que irrespetan los puestos para personas vulnerables.

Los usuarios deben respetar los espacios destinados a mujeres embarazadas y personas con discapacidad. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO.

Si el conductor no rectifica la falta, el protocolo le indica que debe comunicarse con un agente de la Policía Metropolitana de Tránsito para que se acerque y entregue una sanción al conductor. Las multas son las mismas que aplican en el resto de la ciudad, por invadir vía, no respetar límite de velocidad o estacionar en lugar indebido.

Lo mismo ocurre cuando hay un roce entre vehículos, y los dueños no llegan a un arreglo amistoso. En lo que va del año, han debido solicitar la presencia policial en 20 ocasiones, sobre todo en temporadas altas, cuando hace falta contratar personal extra. Y las personas que han irrespetado han sido sancionadas.

Hasta el momento nunca ha ocurrido un atropello ni accidente fuerte, pero de hacerlo, el protocolo indica que el hecho debe ser reportado de inmediato y el auto involucrado no puede salir del estacionamiento. Se comunica a la AMT y llega la autoridad al lugar.

Los autos se deben estacionar en reversa para, en caso de una emergencia, poder salir con mayor facilidad. No obstante, Ortiz indica que en caso de un terremoto, por ejemplo, la gente debe ser evacuada a los puntos de encuentro y los autos no pueden salir.

Pese a que otra de las normas es que las personas caminen solo por lugares permitidos y que no usen las rampas de vehículos para salir del subsuelo, muchas lo hacen.

Los estacionamientos cuentan con 36 cámaras y desde el centro de control monitorean las imágenes.

Esas mismas normas se las maneja en otros centros comerciales como el Granados Plaza, San Luis Shopping y el Quicentro Sur.

Quito tiene, además, siete estacionamientos municipales en el Centro Histórico (1 835 plazas) y cinco redes de estacionamientos en parques (1 789 plazas). En cada uno hay normas: se debe estacionar el vehículo siempre en reversa para facilitar la salida y el límite de velocidad es de 15 km/h.

En el Cadisán, Centro Histórico de Quito, hay vehículos que no respetan la norma de estacionarse en reverso. Foto: Evelyn Jácome/ EL COMERCIO.

El Cadisán, por ejemplo, cuenta con reductores de velocidad tipo caucho para obligar al conductor a ir despacio. Además tiene señalética, pasos cebra y flechas de direccionamiento. No obstante, no existe delimitado un espacio únicamente para el tránsito peatonal.

Ana Betancourt, usuaria frecuente del lugar, contó que varias ocasiones le han rozado el carro, incluso le han robado, pero nunca ha visto atropellos. Asegura que hay gente que no cumple las normas.

Jesús Gómez, experto en seguridad vial y asesor de Aneta, explica que a menor velocidad, hay mayor tiempo para reaccionar y hacer una maniobra.

La velocidad, dice, es el primer parámetro a tomar en cuenta en un accidente, a más velocidad, más riesgo. Si una persona es golpeada por un auto que viaja a 15 km/h el riesgo de que la víctima pierda la vida es de entre el 3 y el 4%. De allí la importancia de manejar sin distracciones y despacio.

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