El investigador Omar Vacas (derecha) junto a curanderos quichuas después de una ceremonia. Foto: cortesía Omar Vacas
Después de una investigación científica realizada en alguna comunidad de la Amazonía, lo común era que los resultados se publiquen en un libro en español que tenga traducciones en inglés o francés. Con el objetivo de cambiar esta lógica, los investigadores de ‘Plantas utilizadas por los quichuas de Ecuador’ decidieron publicar un libro-diccionario en español y quichua, que incluye información de 1 683 especies de plantas empleadas en la vida diaria por los kichwas del Ecuador.
Omar Vacas, uno de los investigadores, cuenta que este libro es una nueva edición, revisada y actualizada del ‘Diccionario de plantas útiles del Ecuador: quichua-español, español-quichua’ publicado en el 2012 por las Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
A criterio de este investigador, la importancia de esta reedición radica en que los usos tradicionales de las plantas utilizadas por los kichwas están tomando mayor fuerza.
En el prólogo de esta edición se señala que la etnomedicina presentada dentro de las categorías de usos medicinal y tóxico es aplicada, según la tradición ecuatoriana, por ayumas, pajuyuk y bancus. Y no cuentan con respaldos farmacológicos ni toxicológicos que demuestren científicamente su validez en el tratamiento de las diversas afecciones y síntomas.
En relación a la necesidad de una publicación científica de este tipo en español y quichua, Consuelo Yánez Cossío, otra de las investigadoras que participaron, explica que durante años el Herbario de la PUCE desarrolla un trabajo inspirado en la necesidad de acercarse de manera pedagógica a los sectores del país que puedan estar interesados en los trabajos científicos.
La investigadora agrega que, en la lengua quichua, las plantas pueden tener distintos nombres comunes dependiendo de la localidad o que varias especies relacionadas pueden ser designadas con un mismo nombre común. “Esto no debe ser considerado como un error sino que es parte de la riqueza cultural de la nacionalidad kichwa y sus diferentes pueblos”.
Los nombres científicos fueron el eje para la organización de la información recopilada para cada especie de planta. Estos se correlacionaron primero con los de la lengua quichua y luego con el español, con el fin de obtener el registro único para cada especie con un nombre en cada lengua.
El libro contiene dos secciones: la primera con textos introductorios en quichua y el diccionario quichua-español. La segunda parte, con texto en español y el diccionario español-quichua. En las dos secciones se describen los usos de cada especie en la lengua correspondiente.
Entre los anexos están una lista de las especies consideradas, ordenadas por la familia botánica, con la indicación del nombre científico de cada una y de sus nombres en español y quichua. El libro concluye una bibliografía general.
El libro también cuenta con una serie de ilustraciones de las plantas entre ellas el penco negro y la yuca grande.