Carlos Avellán, ex tenista guayaquileño
La libertad es un derecho inalienable que tiene todo ser humano sin distinción alguna. Es hacer lo que pensamos y decimos sin sentirnos presos porque alguien nos impida aquello.
El pensamiento es esencial para vivir y disfrutar de esa libertad. Es el motor que nos impulsa a sentirnos con la capacidad de tomar decisiones acorde a nuestros principios y nuestras convicciones.
Nadie puede decirle a otra persona cómo debe pensar y qué debe decir. En ese momento, cuando nos sometemos a esas presiones, dejamos de ser libres.
En el tenis, un jugador es libre cuando, pese a las críticas, continúa luchando por sacar su carrera adelante. Decidir cómo jugar en un momento decisivo, durante un partido, es también un reflejo de la libertad que tiene todo tenista. Hay recomendaciones de los entrenadores, pero sus palabras no deben ser imposiciones sino más bien deber servir para abrir un espacio para el debate, para la discusión.
La libertad es vida y cuando la libertad acaba la vida termina.