Liberados los tres rehenes británicos y el colombiano secuestrados en Nigeria

Lagos, AFP

Los tres trabajadores británicos y el colombiano secuestrados hace una semana por hombres armados en el sur de Nigeria han sido liberados, informó hoy una portavoz de la policía.

“Todos los secuestrados --los tres británicos y el colombiano-- han sido liberados esta tarde y están bien”, informó Rita Abbey, portavoz de la policía del Estado de Rivers.

La fuente no dio más detalles o si se había pagado un rescate para obtener su liberación.

Los secuestradores habían pedido un rescate de cerca de dos millones de dólares (1,38 millones de euros), informó la policía el pasado viernes.

Los cuatro trabajadores habían sido secuestrados el martes pasado a las 07H30 locales, 01:30 hora de Ecuador, cerca de Port Harcourt, la capital del estado de Rivers, una región estratégica rica en petróleo.

El policía que los escoltaba murió en la emboscada y el chófer resultó herido.

La compañía Shell Nigeria había precisado que las cuatro personas trabajaban para la empresa Netco Diestman, subsidiaria de la multinacional, y que su convoy había sido atacado cuando se dirigía a una central eléctrica del grupo angloholandés, Afam 6.

El último secuestro de trabajadores expatriados en el sur de Nigeria se remontaba a julio pasado.

Por esas fechas el presidente nigeriano Umaru Yar'adua propuso una amnistía a los grupos armados que operan en el Delta del Níger para poner fin a la violencia y a los secuestros que hicieron bajar aproximadamente un tercio la producción petrolera nacional (alrededor de 1,7 millones de barriles diarios contra 2,6 en 2006).

El jefe de Estado incluso había aceptado reunirse con los jefes de los rebeldes que habían respondido afirmativamente a su llamamiento.

En unos meses, unos 15 000 militantes depusieron las armas con la esperanza de seguir una formación y de encontrar trabajo.

En octubre pasado, el Movimiento para la Emancipación del Delta del Níger  (MEND), principal grupo armado del sur de Nigeria, decretó un alto el fuego indefinido para dar una oportunidad “al diálogo” con las autoridades.

El MEND decía haber tomado esta decisión ante “la voluntad expresada por el gobierno federal de entablar un diálogo serio (...) para alcanzar una paz duradera en el Delta del Níger”.

Esto llevó a las compañías extranjeras, que gastan millones de dólares en la seguridad de su personal y de las instalaciones, a pensar que la pesadilla iba a terminar.

Pero muchos analistas eran y son prudentes sobre las posibilidades reales de pacificación del Delta del Níger, una región tradicionalmente dejada de lado por las autoridades federales.

La ausencia por enfermedad del presidente nigeriano Umaru Yar'Adua desde hace casi dos meses podría, según varios analistas, deja todo entre paréntesis o incluso reactivar la violencia por el descontento de los militantes con un proceso de amnistía que se encuentra en punto muerto.

Esta ausencia “ha comprometido sin lugar a dudas todo el proceso de paz, ya que no hay estructura”, declaró en un correo electrónico el portavoz del MEND.

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