Al pie de la iglesia de La Compañía, en el Centro de Quito, varias personas disfrutaron de leyendas y juegos tradicionales este sábado, 20 de julio del 2019. Foto: Ana Guerrero / EL COMERCIO
‘El florón que está en mis manos de mis manos ya pasó’, se escuchó al pie de la iglesia de La Compañía, en el Centro de Quito. Con las manos extendidas, 15 personas recordaron los juegos tradicionales de la capital, escucharon el relato de leyendas y ‘cucos’ de calles y edificaciones de la zona patrimonial.
La aventura para desempolvar los relatos y tradiciones capitalinas partió a las 09:30 de este sábado 20 de julio del 2019, desde la iglesia de San Agustín, en las calles Chile y Guayaquil.
Rina Artieda, de la Cofradía que se firmó en el 2016, fue la encargada de relatar leyendas como la del Dedo Misterioso y, del mismo modo, dar pie a los juegos tradicionales.
‘Verane-ando con KikiriQuito’ es la propuesta que luego de arrancar en San Agustín, siguió por la Plaza Grande, El Sagrario, La Compañía hasta llegar a San Francisco. En la ruta hubo paradas para disfrutar de golosinas tradicionales, como helados de paila en un puesto instalado en las calles García Moreno y Sucre.
Anabel García junto a sus tres hijas y su esposo, Rodrigo Hidalgo, se unieron al recorrido. Se enteraron de la propuesta a través de las redes sociales y, contó la mujer, les gustó la idea de que sus pequeñas conocieran sobre la historia de Quito a través de los relatos de la Cofradía.
Una de las niñas, de 10 años, se apuntó a saltar la cuerda. Al ritmo de “monja, viuda, casada, enamorada, soltera, estudiante…” llegó a los 300 brincos. La pequeña, tocaya de la madre, comentó que sí conocía algunos de los juegos que practicaron en el recorrido, pero que ya no eran tan comunes entre los niños de su edad.
Que las tradiciones quiteñas se desempolven es uno de los objetivos de los recorridos organizados por la agrupación cultural que se dedica a la investigación del patrimonio.
María Eugenia Álvarez fue otra de las interesadas en la memoria de la capital. Ella recordó que desde hace años acompaña a los duendes en las rutas. Llegó al Centro desde Calderón (norte) y participó de los juegos, como el florón.
Lissette Duque, al igual que García, llegó acompañada por su hijo de 12 años. Ambos arribaron hasta el corazón de Quito desde El Batán (norte). Ella estaba muy interesada en que su hijo se entusiasmara y conociera sobre la historia de la ciudad de una manera lúdica.
Ambas mujeres, con un helado de paila en la mano, intercambiaron
expresiones e incluso sonrisas. No descartaron ser parte de actividades futuras para descubrir los tesoros de la capital.
Los visitantes del Centro Histórico también pueden disfrutar del tradicional helado de paila. Foto: Ana Guerrero / EL COMERCIO
En el Centro, además del recorrido propuesto por la Cofradía de los Duendes, este fin de semana, se desarrollan otras actividades culturales, como el relato de los oficios tradicionales en el Museo de la Ciudad (García Moreno y Rocafuerte). Para este sábado, la actividad estaba prevista desde las 10:00 hasta las 14:00.
Y cruzando la calle, en el Museo del Carmen Alto la invitación es para completar el relato de la vida de la Santa Quiteña, Mariana de Jesús. Todo en un rincón de títeres. Esta actividad es de miércoles a domingo, de 09:30 a 17:30.
El espacio público es otra alternativa para pasear en este fin de semana de verano. A lo largo de calles como la García Moreno y la Sucre, decenas de artesanos y artistas exponen sus productos y talentos. No falta el pintor que ofrece por un precio módico la elaboración de una caricatura o, además, las estatuas humanas.