Miguel Riofrío Pólit
Causa asombro ver el inmenso despliegue propagandístico que ha realizado la prensa del Ecuador en las últimas semanas para tratar de convencer a la ciudadanía (a los incautos), sobre lo pernicioso que sería para la libertad de expresión el proyecto de ley que se debate en la Asamblea Legislativa.
Da mucho qué pensar la desesperación con la que se expresan todos los medios , exagerando y tratando de convencer a la opinión que el mundo se acabará al aprobarse el proyecto.
Nos han hecho recordar a los taxistas y choferes que lloraron por el incremento de multas y sanciones para tratar de frenar los abusos y atropellos que tanto mal ocasionan, especialmente a los más indefensos.
El remedio es fácil. Respeten a los demás. No causen daño. Tengan cuidado con lo que hacen y no les pasará nada.
No tienen idea de lo que sucede en los cantones pequeños donde periodistas radiales son reyes, intocables, y se engrandecen mientras más daño hacen.
Estoy convencido de que debe haber censura previa. Es más, no concibo censura que no sea previa. Hecho el mal, ¿qué se gana con la censura no previa? La deshonra queda hecha. Así que, igual que con los choferes, debe haber control antes de que ocasionen daños o muerte.