Latinoamérica pide a Maduro aceptar ayuda humanitaria para frenar éxodo de ciudadanos venezolanos

En Quito, la tarde del 4 de septiembre del 2018 se realizó la declaratoria final y firma de acuerdo entre las autoridades migratorias de 11 países por el éxodo de los ciudadanos venezolanos. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO

En Quito, la tarde del 4 de septiembre del 2018 se realizó la declaratoria final y firma de acuerdo entre las autoridades migratorias de 11 países por el éxodo de los ciudadanos venezolanos. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO

En Quito, la tarde del 4 de septiembre del 2018 se realizó la declaratoria final y firma de acuerdo entre las autoridades migratorias de 11 países por el éxodo de los ciudadanos venezolanos. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO

América Latina lanzó el martes 4 de septiembre del 2018 un llamado al gobierno de Nicolás Maduro para que acepte ayuda humanitaria, con el fin de “ descomprimir ” la crisis que está tras el éxodo de ciudadanos venezolanos.

La cita, en la que once gobiernos reunidos en Quito firmaron una declaración que exhorta a Maduro a recibir cooperación, fue tildada de “vergüenza” por Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Constituyente que rige en Venezuela.

“Qué pena, qué vergüenza con Ecuador, hicieron un comunicado, palabras más, palabras menos, (en el que) terminan pidiendo plata”, expresó el dirigente chavista.

En el documento, los países firmantes “hacen un llamado a la apertura de un mecanismo de asistencia humanitaria que permita descomprimir la crítica situación, brindando atención inmediata en origen a los ciudadanos afectados”.

En la denominada Declaración de Quito, las naciones también acordaron continuar trabajando individualmente en la provisión de asistencia humanitaria y el acceso a mecanismos de permanencia regular, que incluyen procesos de regularización migratoria.

En la cita técnica, que terminó tras dos días de deliberaciones, participaron 13 países. Bolivia, aliado de Venezuela, se abstuvo de suscribir, mientras República Dominicana señaló que lo haría después, pues estuvo representada por un consejero de la embajada.

Con este nuevo pronunciamiento, la región tomó mayor distancia frente a la visión que tiene Maduro sobre lo que ocurre en su país.

El lunes el gobierno chavista acusó a funcionarios de Naciones Unidas de justificar una “intervención internacional” mediante la exageración del número de migrantes venezolanos, que Maduro cifró por primera vez en 600 000 en los dos últimos años.

Sus datos difieren de los que maneja Naciones Unidas. Según el organismo, unos 2,3 millones de venezolanos viven en el exterior, de los cuales 1,6 millones abandonaron su país desde 2015, cuando empeoró la escasez de medicinas y alimentos en medio de una hiperinflación que pulveriza los salarios.

Caracas insiste en que no se trata de una crisis humanitaria, aun cuando sus vecinos alertan cada vez más sobre el grave coletazo externo de la situación en el país con mayores reservas de petróleo en el mundo.

Todos o ninguno

El encuentro regional se desarrolló en vísperas de la sesión extraordinaria de la OEA que se llevará a cabo este miércoles 5 de septiembre del 2018 en Washington, para tratar la crisis migratoria.

Los países reunidos en Quito, entre ellos Colombia, Perú y Ecuador que están desbordados por la llegada masiva de migrantes venezolanos, también acordaron apoyarse mutuamente en la atención de sus nacionales en Venezuela.

Además le plantearon a Maduro que garantice a sus ciudadanos que migran el acceso a documentos de identidad y de viaje, como el pasaporte que es difícil de conseguir en Venezuela debido a la escasez de papel.

“Creo que mandamos un mensaje importante a los millones de venezolanos que andan recorriendo nuestro continente (...), les decimos que vamos a reconocer los documentos vencidos para efectos migratorios”, señaló el director de Asuntos Consulares e Inmigración de Chile, Raúl Sanhueza.

En conferencia de prensa, remarcó que “salimos juntos de esta crisis, que es la crisis más importante que ha tenido la región, o no va a salir nadie indemne de ella”.

Además de Bolivia y República Dominicana, en la reunión tomaron parte Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay.

Las naciones también se comprometieron a combatir la trata de personas, el tráfico ilícito de migrantes, la discriminación y la xenofobia.

Durante sus largas travesías a pie o en autoestop, los venezolanos han recibido ayuda, pero también en algunos lugares se han visto envueltos en choques con población local. Brasil debió enviar tropas al limítrofe estado de Roraima, tras algunos episodios violentos.

Recursos indispensables

En el encuentro en Quito, los gobiernos también clamaron por ayuda financiera para regularizar a los migrantes.

Duro crítico del gobierno de Maduro, Estados Unidos ha entregado ayuda a Colombia y Brasil para atender a los ciudadanos venezolanos, mientras el jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, anunció la semana pasada recursos europeos por 35 millones de euros.

“Hemos coincidido en que es muy difícil que los Estados podamos afrontar (...) los requerimientos en los servicios públicos que estamos obligados a brindarles”, declaró el director de Asuntos Consulares de Perú, César Bustamante.

Ante la oleada de ciudadanos venezolanos, Ecuador mantiene desde agosto pasado una emergencia migratoria para provincias fronterizas con Colombia, adonde llegan desde Venezuela, y Perú, al que van atraídos por mejores condiciones para obtener empleo.

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