El láser se aplica en más tratamientos
Redacción Guayaquil
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Las incisiones del bisturí no son la única opción para las cirugías. En el quirófano, el láser se ha convertido en una de las principales herramientas para las intervenciones quirúrgicas sin dolor.
Las gasas y las vendas tampoco son necesarias. Y la recuperación es rápida, tan solo con el cuidado de días y hasta horas. Un diminuto punto rojo recorre los párpados de un paciente en el centro dermatológico Icreláser, en el norte de Guayaquil. Las pequeñas bolsas de grasa que le aparecieron hace años, conocidas como xantelasma, desaparecieron en menos de una hora.
Con precisión, la doctora Patricia Villalba pulverizó las bolsitas con disparos del Erbium Yag, un láser para tratar patologías de la piel. La especialista recalca que más allá de la estética, ayuda a superar afecciones como verrugas, siringoma o pequeños tumores de grasa que son difíciles de tratar con otros métodos porque pueden dejar cicatrices.
Para el dermatólogo Adolfo Molestina, el Erbium Yag es un equipo de última tecnología. “Utiliza un haz de luz. De esta forma calienta las células afectadas hasta que revientan”.
El tratamiento con láser es superficial. Los rayos del Erbium escanean las capas de la epidermis antes de remover la zona afectada. El proceso es semiindoloro y se usan geles tópicos con lidocaína como anestésico.
El agua, la sangre y otros líquidos corporales que genera la piel facilitan la acción del láser. Por ello, la recuperación es mucho más rápida. “El paciente puede tratarse un viernes y el lunes seguir con sus actividades”.
Esto a diferencia de versiones antiguas de láser que causaban enrojecimiento, manchas temporales y hasta quemaduras.
Para obtener buenos resultados, Molestina recomienda un tratamiento previo con medicinas y cremas, según la afección. Y agrega que cada sesión con Erbium cuesta mínimo USD 100.
Pero la estética no se queda atrás. La dermatóloga Ángela Saeteros explica que las cicatrices de acné, las arrugas y las patas de gallo pueden desaparecer con el láser Erbium Yag.
“Lo recomendable es que estos casos los trate un profesional. Hay muchos ‘spas’ que los aplican, pero no en óptimas condiciones”, dice la especialista.
En casos de acné, los rayos borran las imperfecciones atróficas o de hundimiento de la piel. Pero una sesión no es suficiente. Deben ser varias, con un tiempo de entre 30 y 90 días por cada una, para que la piel se regenere.
Por la edad y el exceso de sol, la piel pierde elasticidad. Esto es el fotoenvejecimiento cutáneo. Como consecuencia las arrugas y las líneas de expresión se acentúan. Con el Erbium se corrigen estos problemas. “Es un rejuvenecimiento sin cirugías y sin cicatrices”, dice Saeteros.
En este proceso el láser tensiona la piel y estimula las células para que produzcan colágeno. Estas son fibras que están debajo de la dermis y ayudan al estiramiento. De esta forma, el láser ocasiona una colágeno-génesis.
La odontología es otro campo para el uso del láser. Una luz azul destella en un consultorio del Centro Odontológico de la doctora Johana Alarcón, también en el norte de la ciudad. La especialista dejó a un lado sus viejas herramientas, como los ganchos de aceros para hurgar los dientes.
“Solo se lo coloca el láser fluorescente sobre la superficie de un diente y ya no hay necesidad de preguntarle al paciente ¿cuál muela es la que le duele?”.
Mediante un número, el aparato determina la profundidad de la caries. El rango de medición va de 0 a 99. Hasta 20 es incipiente, pero si es mayor aumenta la posibilidad del mal.
Cinco tipos de láser son la clave en la odontología. El Yag es uno de ellos. Cuando las encías se inflaman por el uso de frenillos, este dispositivo permite cortar la encía. El láser de diodo es utilizado para blanqueamientos de hasta cuatro tonos.
El láser de dióxido de carbono es utilizado en tejidos blandos, sin causar sangrado y suturas. Finalmente, el láser Erbium, el único equipo con el que se puede trabajar con tejidos duros para hacer cavidades para calces.
Con este se necesita utilizar lentes especiales porque la cantidad de radiación es mayor que en los otros tipos de láser.
El Green Light ayuda a tratar la próstata
Sin sangrado y de rápida recuperación. Esas son las ventajas del láser verde o Green Light, una de las últimas técnicas para trata el crecimiento benigno de la próstata, un problema que afecta al 80% de los hombres.
El urólogo Gustavo Pico, del Centro de Investigaciones de Enfermedades Urológicas, dice que este procedimiento sobrepasa a la intervención tradicional. “No hay cicatriz y el paciente no necesita estar hospitalizado”.
En la operación con láser verde se introduce un citoscopio a través de la uretra. Por una hora, la luz vaporiza los tejidos blandos de la próstata agrandada. Y sella los vasos sanguíneos.
El vapor de agua que se genera en la cirugía se elimina por un sistema de riego continuo con agua estéril. Al no haber sangrado, el paciente sale de la cirugía con una sonda que se retira en máximo de 48 horas.