Christian Torres. Desde Lago Agrio
En el barrio donde creció Luis Antonio Valencia hay alegría. En Vereda Tropical, el populoso barrio en el centro de Nueva Loja, un niño lleva la camiseta con la foto del actual jugador del Manchester United. En cambio, sus vecinos y su padre Luis no pueden disimular su orgullo por la contratación.
Luis Antonio llega a unos de los equipos más fuertes del mundo. Más alto no puede estar. El padre, ex jugador de Macará en la década de 1970, contesta con tranquilidad: “La familia ha tomado con calma este momento. Dios quiera le vaya bien al Manchester”.
Valencia ahora vive solo en la casa desde la cual su hijo salió en 2001 para buscar un espacio en El Nacional. El resto de la familia vive en Quito. Él se mantiene en Lago Agrio, porque no se adapta al frío de la capital. Valencia dice que su hijo ahora deberá convencer al entrenador para ganarse un puesto en el equipo titular.
“No va a ser fácil, pero Antonio es un luchador y así lo demostró desde que llegó a El Nacional, cuando era adolescente. Luego, cuando viajó a España para jugar en Villarreal y en el Recreativo, después en el Wigan”.
Valencia es un apasionado consumidor de fútbol. En la mesa del comedor está el especial que hizo este Diario por la contratación de Christian Benítez en el Birmingham . El ‘Chucho’ fue uno de los mejores amigos del ‘Toño’ en las juveniles de El Nacional. Volverán a juntarse en Inglaterra.
Valencia padre está muy entusiasmado con la continua migración de futbolistas ecuatorianos. Él es un convencido de que la Selección mejorará su nivel gracias al talento de los ‘legionarios’. “Ojalá otros jugadores como Carlos Tenorio puedan seguir la senda de Antonio (Valencia), de Felipe Caicedo y Christian Benítez”.
El progenitor del ‘crack’ del fútbol ecuatoriano recuerda que las negociaciones de su hijo con el poderoso Manchester United no fueron fáciles. Las conversaciones duraron tres meses y siempre pesó el hecho de que Luis Antonio Valencia sea ecuatoriano.
“Si hubiera sido un argentino o brasileño con el mismo nivel, el arreglo pudo ser más rápido”, confiesa entre risas. Finalmente, Valencia sostiene que la familia no está preocupada por el arreglo económico. “Queremos que juegue y que triunfe. Llegar no es suficiente”.