Yakarta, Reuters
Un pequeño lagarto de Indonesia se ha convertido en un gran negocio para los empobrecidos pobladores del país, donde una creciente demanda asiática de medicinas tradicionales basadas en el reptil genera un auge en la crianza de la especie.
Los llamados “geckos” -pequeños lagartos con piel suave y pálida que emiten un sonido característico- abundan en Indonesia y, según devotos de la medicina tradicional china y coreana, podrían ayudar a curar el cáncer y enfermedades cutáneas y respiratorias.
En el pueblo rural Banjarsawah, en la parte oriental de la isla de Java, los agricultores descubrieron que los geckos pueden convertirse en una lucrativa materia prima. Tohasyim, un agricultor de 32 años que gana 10 000 rupias (alrededor de 1 dólar) por día alimentando el ganado de otros, ahora obtiene 1 millón de rupias, o 110 dólares, al mes cazando lagartos en un bosque local.
“Empiezo a cazar los geckos a la noche después de que termino mi trabajo, alimentando el ganado de otra gente. Normalmente comienzo (…) a las 6 de la tarde y termino a las 5 de la mañana”, dijo Tohasyim, quien, como muchos indonesios, tiene sólo un nombre.
Esta novedosa industria comenzó a funcionar hace cuatro años, cuando un residente, Abdurrahman, empezó a disecar los lagartos y a venderlos a un exportador. Ahora, más de 100 cazadores recorren la selva por la noche en busca de los escurridizos geckos y se los entregan a Abdurrahman, de 40 años, quien a su vez se los envía al exportador.
La mayoría de los pobladores de Banjarsawah están actualmente involucrados en la producción de geckos disecados. Los cazadores entran a la selva en grupos de cuatro o cinco con linternas en la cabeza y guantes para atrapar a los animales. Alrededor de una decena de trabajadores, la mayoría amas de casa, pasan días estirando, disecando y envasando los lagartos.
Generalmente trabajan desde las 7 de la mañana hasta las 4 de la tarde en la casa del dueño del negocio pero, si la demanda sube, los turnos pueden durar unas horas más. La temporada alta para la caza de geckos es el período de lluvias de Indonesia, entre diciembre y febrero.
Pero la caza de estos lagartos alarma a los ambientalistas. R. Tri Prayudhi, un activista del grupo ProFauna con sede en el este de Java, dijo que, si bien los animales no están en peligro, deberían permanecer en su hábitat porque tienen un rol importante en el ecosistema. “El gecko es un animal salvaje y no debe ser comercializado.
El problema es que estos animales no están protegidos en Indonesia. Nuestro principio es que los animales salvajes tienen que estar en la naturaleza”, dijo Prayudhi.