El 20 de noviembre del año pasado, el abogado y exalumno Myron May alcanzó a herir a dos estudiantes y a un empleado de la biblioteca de la Universidad Estatal de la Florida (FSU), en Tallahassee, antes de que la policía lo abatiera.
Dos meses después, la Subcomisión de Justicia Criminal de la Cámara estatal aprobó la medida HB 4005, que permitiría portar -de forma oculta y con permiso previo- armas de fuego en los centros universitarios.
Los defensores de la medida sostienen que si los estudiantes o profesores de FSU hubieran estado armados, probablemente habrían actuado con más rapidez que la misma policía de la universidad.
La Florida, al igual que otros 19 estados, tiene una prohibición expresa al respecto: no se pueden portar armas en los centros educativos. Los restantes 23 estados han dejado la decisión a discreción de cada centro de educación superior.
Sin embargo, de aprobarse en ambas cámaras la HB 4005, el llamado Estado del Sol podría aumentar la lista de siete estados -Colorado, Idaho, Kansas, Mississippi, Oregon, Utah y Wisconsin-, que sí permiten que profesores y alumnos porten armas de fuego durante la jornada académica.
Este proyecto de ley ya había sido propuesto en la legislatura en el 2011, sin éxito. Sin embargo, sus defensores confían en que este año el tiroteo, ocurrido en FSU, podría terminar por convencer a ambas cámaras.
El principal obstáculo, según los analistas, sería John Thrasher, un poderoso exsenador que dejó su curul para asumir justamente la dirección de FSU y que siempre ha estado en desacuerdo con esta medida. Aunque Thrasher ya no está en el Senado, se dice que cuenta con muchos amigos en él.
El principal impulsor de este proyecto, el representante republicano por Sarasota Greg Steube, también presentó una propuesta para permitir que algunos maestros designados puedan portar armas en las escuelas primarias y secundarias del estado.