Las fachadas de los edificios de Cuenca tienen una suerte de identidad: el ladrillo visto. El color ocre predomina en los sectores de El Ejido y la avenida Ordóñez Lasso.
La Corte de Justicia y los edificios Acrópolis, Acuario, El Chiflón, Palermo… tienen fachadas de ladrillo visto de la Procesadora de Arcilla Azogues (Parcazo), que funciona desde hace ocho años. Desde entonces vendió sus productos para 28 edificios y estructuras de Cuenca, dice su gerente Carlos Carangui.
Según él, la mezcla previa de las arcillas es vital para garantizar la calidad del producto. Parcazo tiene minas en los sectores de Zhullín y San Miguel, Cañar, y en San Cristóbal, Azuay. También recibe material de la Amazonía.
Según Carangui, en la zona hay arcillas plásticas que deben ser combinadas con otras más arenosas. “Eso brinda solidez”.
Luego el material pasa a un desintegrador y a laminadores donde se eliminan impurezas. Posteriormente, la arcilla se mezcla con agua. Para Carangui, este paso es fundamental porque no se debe colocar el líquido en exceso porque afectará a la calidad.
El material húmedo pasa a una prensadora para dar forma al ladrillo. Luego va a un presecado que dura de tres a cuatro días. Mientras el secado se realiza en unas bodegas que reciben el calor de los hornos a través de ductos. Allí están por 36 horas. La quema, que es el paso final, dura de 40 a 50 minutos.
Para mejorar la producción, Carangui compró la tecnología de Brasil, Italia y Colombia. Los estudiantes y maestros del Colegio Técnico Salesiano (Cuenca) hicieron las instalaciones eléctricas y de tableros electrónicos y computarizados.
Esta inversión dio resultado y se reflejó en las ventas. En la actualidad, todos los 10 000 ladrillos que se producen al día se comercializan, antes solo vendía el 60%, señala Carangui.
Cuando adquirió maquinaria en Colombia tuvo la oportunidad de aprender en industrias similares de ese país. Allí aprendió sobre la dosificación de arcillas.
También se capacitó en Sao Paulo (Brasil) en el manejo de máquinas y recibió asesoramiento de italianos y brasileños.
A más de los ladrillos vistos, que valen USD 0,30 por unidad, elabora tejas, adoquines, fachaletas, cornisas… En total son 18 productos. Entre esos está el ladrillo para interiores y cerramientos tipo bloque que tiene tres medidas 7,10 y 13 centímetros de ancho. El alto es de 20 y el largo de 30. Su costo oscila entre los USD 0,38 y 0,48, dependiendo del tamaño.
El nuevo producto de Parcazo es una teja prensada que sirve como tapa y canal a la vez y no requiere ser colocada sobre planchas de ardex sino sobre una estructura fija. Carangui dice que según las pruebas realizadas en Quito y Cuenca esta teja tiene una resistencia de 380 libras.