Kenia reforzará la seguridad en su país, ante el inicio del ramadán, para evitar ataques terroristas. Foto: EFE
El Gobierno de Kenia extremará las medidas de seguridad en el país durante el mes del ramadán, que ha comenzado hoy 18 de junio del 2015 para millones de musulmanes, anunció el presidente keniano, Uhuru Kenyatta.
“He dado instrucciones para mejorar la seguridad en todo el país durante este mes sagrado, (…) para garantizar que nuestros hermanos musulmanes puedan cumplir con sus obligaciones religiosas sin impedimentos”, afirmó el mandatario en un comunicado.
Añadió que estas medidas, que incluyen toques de queda en las zonas más próximas a Somalia y de mayor población musulmana, extremarán precauciones ante posibles atentados de los “enemigos del país”, en referencia al grupo terrorista somalí Al Shabab.
“Conscientes de que los enemigos de nuestro país pueden desear aprovechar esta temporada, hago un llamamiento a toda la fraternidad musulmana a no bajar la guardia y a cooperar plenamente con los organismos de seguridad”, instó.
Por otra parte, Kenyatta anunció el inminente fin de la suspensión de las licencia de trece Operadores de Transferencias Monetarias (MTO), que estaban bajo sospecha de financiar el terrorismo en el país vecino.
Esta suspensión, que afectó a las remesas que somalíes en Kenia enviaban a sus familiares, entró en vigor tras un atentado en la Universidad de Garissa, en la que Al Shabab mató a 148 personas.
Sin embargo, añadió Kenyatta, el Banco Central de Kenia continuará con sus investigaciones para impedir que dinero keniano financie al grupo terrorista, medidas que ya han tomado bancos de Estados Unidos, Reino Unido o Australia.
El país ha sido blanco de numerosos atentados desde que, en octubre de 2011, sus tropas entraron en Somalia, debido a una oleada de secuestros en territorio keniano atribuidos a la milicia islamista somalí.
Kenia, mayoritariamente cristiano, cuenta con un 10 % de musulmanes, concentrados especialmente en la costa y la frontera con Somalia.
El mes del ramadán, que comenzó esta madrugada para los suníes, es un periodo en el que los fieles no pueden comer, beber, fumar ni mantener relaciones sexuales desde el alba hasta el ocaso.