Buenos Aires, ANSA
Alfredo Astiz, símbolo de los crímenes de lesa humanidad cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) entre 1976-83, comenzará a ser juzgado mañana en Argentina junto a otros 18 represores, por delitos que incluyen el asesinato de la fundadora de las Madres de Plaza de Mayo, dos monjas francesas y el escritor Rodolfo Wlash.
El Tribunal Oral Federal número 5 (TOF 5) tiene previsto iniciar mañana en Buenos Aires este segundo juicio por delitos cometidos en la ESMA, pues en 2007 procesó al represor Héctor Febres, sin llegar a dictar sentencia pues el imputado fue hallado muerto en la Prefectura de Tigre, donde estaba detenido, envenenado con cianuro.
Los 19 ex miembros de la Armada argentina que se sentarán en el banquillo son sólo una mínima parte de los que operaron en la ESMA durante la dictadura, ya que la justicia identificó a más de 250 en esa institución, que internacionalmente es sinónimo de secuestros, torturas, robo de niños nacidos en cautiverio y exterminio de personas mediante los “vuelos de la muerte”.
Astiz y sus colegas están acusados ahora por un total de 85 delitos, cifra que también es reducida, pues los organismos defensores de derechos humanos estiman que por la ESMA pasaron al menos 5.000 secuestrados, la mayoría desaparecidos hasta la fecha.
El ex almirante Emilio Massera, de 84 años, responsable de la ESMA, y miembro de la primera junta de la dictadura, no puede ser juzgado en Argentina pues un peritaje médico local lo declaró no apto para ello (insanía mental), a diferencia de otro practicado por profesionales de Italia, donde actualmente se lo procesa en ausencia.
Astiz, de 58 años, ya fue juzgado en ausencia y condenado a cadena perpetua en Francia, por el secuestro y asesinato de las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet, y en Italia, por la desaparición de tres ciudadanos de ese país, Angela Maria Aieta de Gullo, Giovanni Pegoraro y su hija Susana, embarazada, cuya beba nació en la ESMA y fue apropiada por un militar.
El estado sueco requiere también a Astiz por la desaparición y muerte de su ciudadana Dagmar Hagelin.
El “Ángel Rubio” , además, se infiltró hace 32 años en el grupo fundador de las Madres de Plaza de Mayo, operativo que llevó al secuestro y asesinato de su presidenta de entonces, Azuzena Villaflor.
En total 12 personas fueron secuestradas en ese operativo, realizado en las cercanías de la Iglesia de Santa Cruz, en el centro de Buenos Aires, entre ellas las monjas francesas, Villaflor y las madres “fundadoras” Esther Ballestrino de Careaga y María Ponce de Bianco.
Los restos de estas mujeres y el de la religiosa Duquet fueron hallados e identificados y están sepultados en el jardín de ese templo.
La otra monja, Domon, sigue desaparecida, presumiblemente tras haber sido arrojada viva, desnuda y adormecida con drogas a las aguas del Río de La Plata o del Océano Atlántico, en los “vuelos de la muerte” organizados por la ESMA.
Ese mismo “destino final” o “traslado” en la jerga represiva sufrieron numerosos secuestrados en la ESMA, entre ellos la joven Franca Jarach, de 18 años, según declaraciones de su madre, la periodista ítalo-argentina Vera Vigevani de Jarach, en el juicio romano contra Astiz.
Alrededor de un centenar de personas sobrevivió al cautiverio en la ESMA, entre ellas Víctor Bazterra, Lila Pastoriza, Leonilde “Manu” Actis, Sara Solarz de Osatinski, Marta Alvarez, Hebe Lorenzo y Mario Villani, este último tras haber pasado por otros no menos infames campos de detención ilegal como los llamados “Atlético”, “Banco” y “Olimpo”.
Sus testimonios en juicios fuera de Argentina y recientemente en este país -luego de la anulación de las leyes de impunidad durante el gobierno del presidente Néstor Kirchner (2003-2007) – permitieron cruzar informaciones y tener un panorama bastante detallado de los crímenes de lesa humanidad cometidos en la ESMA.
Así se supo con certeza que Susana Pegoraro dio a luz a una niña, que fue apropiada por el militar Policarpo Vazquez, e identificada hace pocos años por las Abuelas de Plaza de Mayo.
Otra niña nacida en cautiverio, Victoria Donda, ahora diputada nacional, fue robada tras el asesinato de sus padres.
Precisamente, a partir de mañana estará en el banquillo el represor Alfredo Donda Tigel, que secuestró a su propio hermano y se apropió de Victoria.
El TOF estimó que la nueva causa ESMA puede durar entre siete y ocho meses a partir de mañana.