La Dinapen rescató a un niño ayer 30 de noviembre del 2015. El menor pasó encerrado en su casa desde el sábado. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Una casa de protección es, por ahora, el nuevo hogar de Andrés (nombre protegido. Se trata del pequeño que pasó encerrado desde el sábado hasta el lunes en su vivienda, ubicada en el sector de Chilibulo, en el sur de Quito.
Ayer, lunes 30 de noviembre del 2015, la Dirección Nacional de la Policía Especializada en Niños y Adolescentes (Dinapen) rompió los barrotes de una de las ventanas de la casa para sacar al menor del interior del inmueble.
Agentes de esa unidad policial confirmaron esta tarde a EL COMERCIO que no han mantenido contacto alguno con la madre. Un Juez de la niñez y la familia decidirá el futuro de Andrés. Mientras eso sucede, el niño de 6 años, permanecerá en el hogar de protección.
Ivonne Valarezo, psicóloga de la Fundación Laura Vicuña, una casa que acoge a mujeres de 5 a 17 años que sufrieron maltrato, señala que lo ideal es trabajar “lo más pronto con la familia”, para que los chicos se reintegren al hogar. “Está comprobado que la institucionalización provoca daños emocionales”.
De ahí que la prioridad en estos casos es que los menores vuelvan con sus padres o la familia ampliada (tíos, abuelos…).
Pero si se presumiera que no recibirá los cuidados adecuados, el Juez, según el avance de la investigación de los trabajadores sociales, psicólogos y policías, abrirá una posibilidad a la adopción.
Si los niños regresan con su familia, trabajadores sociales se encargan de hacer seguimiento y vigilar que la violencia no se repita.
La Dinapen de Pichincha envía a los chicos a las casas de protección cuando se reportan episodios de violencia física, psicológica o sexual. En Quito operan siete centros que atienden a niños y adolescentes maltratados.
Los vecinos del sector comentan sobre el rescate del niño que permaneció encerrado el fin de semana. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
En Chilibulo, un día después del rescate, los vecinos aún hablan del encierro de Andrés. Por el momento todo se reduce a comentarios. No hay nada comprobado. Los moradores contaron que la madre del pequeño apareció a las 15:00 de ayer al inmueble. Llegó con su otra hija, de 3 años. “La chiquita no tenía un zapato. Es la segunda vez que el niño se queda solo en casa. La anterior semana sucedió lo mismo”, comentó una de las inquilinas que reside en el inmueble. La señora prefirió guardar su identidad en reserva. Ese punto no fue corroborado por los agentes de la Dinapen, que están a cargo de investigar el caso.
Otra mujer, familiar de la dueña de casa, comentó que Andrés “tenía un rostro de felicidad” cuando los agentes de la Dinapen lo sacaron por la ventana. “Mientras lo rescataban, uno de los policías le preguntó por qué no pidió ayuda. El pequeño supuestamente respondió que no podía gritar porque su mamá le pegaba”. Pero es un niño de apenas 6 años.