Juan Cuvi: ‘No se puede gobernar si no hay parámetros y acuerdo previo’

Juan Cuvi es coordinador nacional del movimiento Montecristi Vive, de Alberto Acosta. Considera que el hecho de que los movimientos sociales hayan convocado la unidad de centroizquierda la hará posible. Foto: Archivo/ EL COMERCIO

Juan Cuvi es coordinador nacional del movimiento Montecristi Vive, de Alberto Acosta. Considera que el hecho de que los movimientos sociales hayan convocado la unidad de centroizquierda la hará posible. Foto: Archivo/ EL COMERCIO

Juan Cuvi es coordinador nacional del movimiento Montecristi Vive, de Alberto Acosta. Considera que el hecho de que los movimientos sociales hayan convocado la unidad de centroizquierda la hará posible. Foto: Archivo/ EL COMERCIO

Entrevista Juan Cuvi, integrante de Montecristi Vive.

¿Cómo se está configurando esta unidad del centro hacia la izquierda?

El miércoles se expresó una serie de coincidencias entre los distintos actores que estuvimos. Yo diría que son más las coincidencias que las diferencias, lo cual abre la posibilidad de llegar a acuerdos.

¿Y los acuerdos desde qué perspectiva irían, desde un programa político o cuadros electorales?

Tendrían dos pilares fundamentales: uno, definir aquellos puntos básicos sobre los cuales vamos a acordar una estrategia para salir del correísmo y el otro la posibilidad de acuerdos electorales. Eso tiene que analizarse aún.

¿Y hay una apertura?

El que hayamos asistido y que hayamos emitido una declaración conjunta augura una buena posibilidad a la iniciativa. Además, confirma que los sectores están dispuestos a ver las salidas a la crisis y, eventualmente, ver una agenda para gobernar el país a partir del 2017.

Además, se dijo que se plantean reformas legales

Habría que trabajar a tres niveles: contenidos constitucionales, leyes específicas y políticas locales. Lo que no hay todavía es un acuerdo sobre los mecanismos. Hay sectores que proponen una Asamblea Constituyente, otros que consultas y otros ambas.

La idea es derogar, reformar o transformar leyes que vulneran derechos de mujeres, laborales, persecutorias, que criminalizan la protesta social, que afectan a campesinos e indígenas, etc.

¿Cuál cree usted que sea el camino más adecuado?

Si tenemos una Asamblea con fuerza suficiente, ya no necesitaríamos una Constituyente, porque las leyes pueden ser modificadas desde ahí. Otros contenidos deberían ser sometidos a consulta.

La Constitución es joven, pero el Gobierno que la propuso, ya le hizo reformas. Hay otros sectores que buscan otros cambios. ¿Qué errores tiene para que tan pronto requiere modificaciones?

Desde el actual Gobierno se entró en una lógica de concentración de poder y se aprovecharon los elementos que podrían favorecer el hiperpresidencialismo . Nos dimos cuenta de que no se puede estructurar normas y leyes de acuerdo a la supuesta buena fe de un gobernante.

¿Hacia dónde irían los cambios a la Carta Magna?

Tiene que haber principios para evitar que quien sea que llegue al poder tergiverse el sentido del pacto social de la Constitución. En este sentido, planteamos que hay que renunciar a la función de Transparencia y Control Social, porque no da resultados.

En cuanto a lo electoral, al finalizar la reunión se dijo que por primera vez hay verdadera intención de archivar aspiraciones personales para concentrarse en el plan de Gobierno, ¿cree que es un aprendizaje del pasado?

Es un síntoma de madurez. Hace 10 años se buscaron coincidencias y al final se optó por candidatizar a Rafael Correa. Como no había un acuerdo previo, él llegó al poder y prácticamente desechó las propuestas.

Hoy somos conscientes de que no se puede gobernar si no hay unos parámetros mediante los cuales cualquiera que llegue a la Asamblea o al Ejecutivo pueda conducir los destinos de este país.

¿Marca la diferencia que esta convocatoria haya salido de sectores sociales y no de fuerzas políticas?

Sí, totalmente. Ahora las organizaciones que son la fuerza de las movilizaciones, la fuerza social, invitan a los colectivos políticos. Esperemos que esa diferencia, que a mi me parece histórica, ayude a que la iniciativa tenga un resultado favorable.

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