Los jóvenes ecuatorianos sienten más el desempleo

En la Bolsa de Trabajo de la Universidad Espíritu Santo unas 140 empresas envían requerimientos de personal. Foto: Mario Faustos/EL COMERCIO

En la Bolsa de Trabajo de la Universidad Espíritu Santo unas 140 empresas envían requerimientos de personal. Foto: Mario Faustos/EL COMERCIO

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Geovanna Ramírez tiene 20 años y cursó dos años de la carrera de Marketing. Felipe Puerta tiene 24 y hace un año y medio se graduó de economista. Leslie Montero tiene 26 años y es licenciada en Comunicación Social. Los tres jóvenes no se conocen, pero viven historias parecidas, llevan meses buscando una plaza de trabajo en Guayaquil, aunque sin éxito.

En la Bolsa de Trabajo de la Universidad Espíritu Santo unas 140 empresas envían requerimientos de personal. Foto: Mario Faustos/EL COMERCIO

“He ido a unas diez entrevistas, pero no me han vuelto a llamar”, dice Ramírez. “He buscado en Internet, he preguntado a amistades, he dejado bastantes carpetas para el área administrativa, pero nada”, cuenta Montero. “Trabajaba en el área comercial de una aerolínea. A finales de agosto del año pasado me dijeron que no podían renovarme el contrato y llevo cuatro meses buscando”, señala Puerta.

Según el Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC), la tasa de desempleo de jóvenes de entre 15 y 24 años subió de 9,70% en diciembre del 2014 a 11,77% en 2015. En el segmento de jóvenes con edades entre 25 a 34, en cambio, la tasa de desempleo pasó de 4,29 a 5,23% en ese período. El 2015 cerró con 250 565 jóvenes de esas edades en desempleo.

Pero además de las tasas de desempleo, los expertos consideran que es necesario revisar el comportamiento del empleo adecuado para entender el impacto de la desaceleración económica entre los jóvenes.

“El desempleo es una cifra engañosa, porque cuando la gente se queda sin empleo sale a hacer algo más, entonces ya están considerados como subempleados o en empleos inadecuados. Los segmentos jóvenes y mujeres son los más vulnerables en recesión”, comenta Xavier Ordeñana, docente de la Escuela de Negocios de la Escuela Politécnica del Litoral (Espae).

En efecto el empleo adecuado, es decir, personas que percibieron ingresos iguales o superiores al salario mínimo y trabajaron por lo menos 40 horas a la semana), cayó. En diciembre del 2014, el INEC registró 1,5 millones de jóvenes entre 15 y 34 años con empleos adecuados, mientras que en el 2015 el número bajó a 1,4 millones.

¿Qué pasó con casi 500 000 jóvenes que en un año ya no tienen empleo adecuado? Engruesan las filas del desempleo, subempleo y empleo inadecuado. Como Ramírez, que tiene dos hijos y trabaja en un restaurante los sábados, ganando USD 12 por el día.

La situación de la joven es la que describe el Banco Mundial en su último estudio. El pasado 20 de enero, la entidad presentó los resultados de un estudio realizado en 15 países de Latinomérica, en el que se identificó que unos 20 millones de jóvenes en la región son considerados “nini”, es decir, que ni estudian ni trabajan. “Las mujeres representan dos tercios de la población nini de la región”, señala el estudio.

El analista económico Marcos López explica que el problema radica en que buena parte del crecimiento económico del país fue a través del sector público. “La creación de empleo se dio mucho a través de gasto público y no en el sector privado. Eso, en el actual escenario, cambió”.

Pero hay otros factores que complican el acceso a los jóvenes a plazas de trabajo. “Hay muchos jóvenes que se han preparado en universidades, pero no tienen campo donde implementar sus conocimientos. Con aquellos que están sobrecalificados se desperdicia talento humano”.

Es el caso, por ejemplo, de Montero, quien tiene título de comunicadora social pero solo ha encontrado opciones de trabajo como recepcionista o para atención al cliente.

Daniel Dávalos, gerente de la consultora de talento humano Selecta, explica que en momentos complejos para la economía no solo se recortan plazas de trabajo, sino que las organizaciones dejan de abrir plazas, lo que resta oportunidades para los jóvenes que recién salen al mercado a buscar su primer empleo.

De diciembre del 2014 al 2015, alrededor de 173 000 personas de entre 15 a 34 años se sumaron a la Población Económicamente Activa (PEA).

José Manosalvas, director de la Bolsa de Trabajo en la Universidad Espíritu Santo, comenta que de 339 graduados en diciembre, 60 encontraron trabajo gracias a la Bolsa. Él cuenta que la demanda de profesionales bilingües no ha cambiado. “Las empresas que han disminuido son las locales que no buscan profesionales con esas competencias de idioma”, explica.

Dávalos puntualiza que las decisiones de reducir la nómina en ocasiones obedecen al costo de indemnización. “Cuesta más dinero al empleador despedir a un trabajador antiguo. Generalmente los jóvenes son los más nuevos y cuesta menos liquidarlos”.

Trabajo 

La tasa de desempleo para personas entre 15 y 24 años pasó del 9,7% al 11,8% en un año

​En contexto 

La Población Económicamente Activa (PEA), de entre 15 y 34 años, fue de 3, 2 millones de personas aproximadamente en diciembre de 2015; de este grupo, solo 1,4 millones tiene un empleo adecuado, es decir, gana mínimo un salario básico.

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