Sentada junto a una de sus mejores amigas, Cristina M., de 18 años, admitió ante el juez haber estado vendiendo droga el 18 de abril pasado, cuando la policía la detuvo. Se la halló con 31,25 gramos de marihuana.
Este lunes 13 de junio del 2016, se acogió a un procedimiento abreviado y recibió su sentencia: deberá pasar de 15 meses en prisión y tendrá que pagar una multa de 10 salarios mínimos vitales. Rut, su amiga, fue puesta en libertad luego de que se constatara que portaba 4,6 gramos de marihuana y que era narcodependiente. El examen demostró que su cuerpo estaba intoxicado con esa sustancia.
Las dos jóvenes fueron detenidas en la calle Cumandá, sector San Roque, en el sur de Quito. Los agentes aseguraron que vieron a la joven saludar con varias personas e intercambiar producto por dinero. Cuando la detuvieron, encontraron en su canguro negro 20 fundas transparentes con una sustancia verde. Se hicieron las pruebas debidas y se constató que se trataba de marihuana. Además le encontraron USD 16.
La Fiscalía la acusó por venta de estupefacientes en mediana escala. La condena para ese delito va de 3 a 5 años, pero por haberse acogido al procedimiento abreviado y por haber dejado de ser menor de edad hace poco, la pena bajó a 15 meses. Cristina también fue sometida a exámenes médicos y se comprobó que la joven no es consumidora.
Durante la audiencia, el defensor público pidió al juez que se baje la multa a 4 salarios básicos unificados, debido a la situación económica de la joven, pero la petición fue descartada.
La multa deberá ser depositada en la cuenta de la Judicatura, mientras dura su condena, es decir en un plazo de 15 meses.
Sus familiares estuvieron presentes en la diligencia y aseguraron que el único delito de la chica fue tener malas amistades. Su tía dijo que su mejor amiga, la joven que fue puesta en libertad, fue quien le encargó la mercancía.