El expresidente de España, José María Aznar dijo que los estados no deben aceptar condiciones de terroristas. Foto: Enrique Pesántes/ EL COMERCIO
El expresidente del Gobierno español, José María Aznar, señaló que luchar contra el terrorismo siempre es luchar a favor de las sociedades libres.
Cuando se tiene que defender a las sociedades libres del terrorismo, “las tienes que defender con todas sus consecuencias, el que no lo haga estará condenando a las sociedades a vivir del miedo, del encadenamiento, a un terror indiscriminado que será el que imponga su ley”, añadió.
Aznar estuvo en Guayaquil la mañana de este lunes 28 de mayo del 2018 para dar una charla sobre La lucha contra el terrorismo, invitado por la Fundación Ecuador Libre que dirige el excandidato presidencial Guillermo Lasso. Uno de los salones del Hotel Hilton Colón estuvo copado con personalidades de la política, economía y sociedad civil para escucharlo.
Lasso presentó a Aznar como un amigo de más de 20 años y habló de su experiencia en la lucha contra el terrorismo en la dirigencia de España que -dijo- es tan necesaria conocer en la coyuntura actual de la violencia que enfrenta Ecuador en la frontera norte con Colombia. La amenaza terrorista es un problema preocupante, una actividad delincuencial vinculada al narcotráfico, señaló el expresidenciable.
Para el exmandatario del Gobierno español (1996-2004), en la lucha contra el terrorismo “no hay matices, la única conducta posible es el rechazo más absoluto y la condena más radical”.
Aznar fue enfático en señalar que para derrotar al terrorismo hace falta un Estado, que haga valer el monopolio legítimo de la violencia legal que ostenta. Para hacerlo tiene que haber “un Estado que se encuentre en condiciones de cumplir su deber básico de presencia en todo el territorio”, pues no puede haber zonas exentas al poder legítimo de los tribunales, autoridades y fuerzas de seguridad en una nación y si las hay es extraordinariamente peligroso.
“Un Estado tiene que dar una respuesta legal y tiene que evitar convertir a los terroristas en un bando beligerante de un conflicto bélico. Los terroristas no son soldados honorables a los que hay que respetar, son asesinos a los que hay que capturar y condenar”. Esta fue una de las frases que se ganó los aplausos del público, entre los que estaban el expresidente de Ecuador, Gustavo Noboa; el exvicepresidente Alberto Dahik; legisladores del movimiento Creo y líderes de opinión.
Aznar además, sostuvo que “por la paz hay que hacer todos los esfuerzos posibles, pero no a las concesiones que los terroristas quieren”.
Según dijo, una de las grandes mentiras es que todos los conflictos siempre acaban en una mesa de negociación. Y “les van a decir que todos los conflictos siempre acaban en una mesa de negociación y como el terrorismo es un conflicto van a acabar en una mesa de negociación. Los conflictos con el terrorismo acaban cuando uno gana y otro pierde y solo pueden perder ellos; el Estado, la democracia, tienen que ganar siempre. No hay mitad de camino, unos ganan y otros pierden”.
También señaló que el Estado no debe retribuirle nada a los terroristas ni porque maten o porque dejen de matar. “Tal vez el Estado puede ser generoso un momento con los que dejen las armas y se arrepientan, pero esa generosidad no puede ejercerse a costa de los derechos de las víctimas, a costa de la reparación moral de las víctimas ni a costa de pervertir la ley”. Por eso, dijo, que nunca ha podido entender ni aprobar el acuerdo de paz del gobierno de Colombia con las FARC, ya que cae en las cosas esenciales que hay que evitar cuando se pretende acabar con el terrorismo.
Según Aznar, la lucha contra el terrorismo tiene que ser un compromiso ético y una tarea moral. Señaló que el compromiso ético y moral es fundamental, porque muchas veces el terrorismo se arraiga en medio del vacío moral de sociedades que muchas veces miran hacia otro lado cuando sus conciudadanos son asesinados.
Son sociedades incapaces de valorar los ejemplos cívicos de aquellos que se enfrentan con el terror y la violencia. “Sociedades que ignoran a las víctimas y creen que pueden sobrevivir acomodándose, no haciendo ruido ahí donde los terroristas imponen el miedo…no han venido por mí, han venido por otros, miro para otro lado”.
Añadió que otro error para combatir el terrorista es creer que las raíces son la pobreza. “Los pobres no son por definición terroristas en potencia, el terrorismo vive para sí mismo, los líderes de terroristas son fanáticos ideologizados que quieren hacer realidad su delirio sobre la base del asesinato y violencia masiva”.
Aznar también señaló que es necesario escuchar a las víctimas del terrorismo y a las familias de esas