Redacción Tulcán
Siembro papas desde los 15 años. Mi papá nos llevaba a los cultivos y aprendimos el oficio con mis hermanos.
HOJA DE VIDA
José González
Su educación. Solo estudió hasta segundo año de secundaria. Tiene 37 años.
Un pedido. “El Banco de Fomento debe apoyarnos con créditos y no pedirnos tantos requisitos”.La labor no es fácil. Si hay mucho verano llega la polilla, se come la papa y baja el precio. En invierno aparece la lancha y se pudre por mucha agua. Para la papa necesitamos ni mucha agua ni mucho sol, humedad normal.
La sequía nos afectó. Me queda esperar que las lluvias continúen para que mis plantas que recién sembré se compongan. El año pasado intenté comprar semilla certificada en el Iniap de San Gabriel, de la variedad súper chola , y no hubo. Por eso, seguimos con nuestras propias semillas y en cada cosecha rogamos para que la papa salga de buena calidad.
En el campo nos hace falta un laboratorio para análisis de suelo y personal para que nos enseñen a mezclar los químicos. Hay veces que ponemos demasiado. En los locales nos venden productos caducados que queman las plantas. En una ocasión fuimos a reclamar y los vendedores no nos cambiaron ni tampoco nos devolvieron la plata. Las autoridades deben controlar estos sitios .
A pesar de estos problemas hubo algo que me alegró. En octubre, el presidente de la Junta Parroquial de Julio Andrade llegó a mi casa y me dijo que soy el ‘Rey de la papa’. Para mí fue una sorpresa, no pensé que se acordaran de quienes trabajamos en el campo. Me dijeron que el premio se entrega al agricultor quien , sin importar las temporadas buenas y malas, sigue con el cultivo de papa. Me alegré por el reconocimiento y a los organizadores les dije que es lo único que sé hacer y así alimento a mis hijos.
En este año sembré 30 hectáreas en El Morán, Nispud y Piedra Hoyada. Las plantas están pequeñas, confío en que tendré buena siembra. En tres meses más espero cultivar 700 quintales por cada hectárea. Invertí USD 3 000.