Jefferson Pérez fue deportista de la modalidad de marcha por 20 años. Ganó la medalla de oro en los Olímpicos de Atlanta 1996 y la de plata en Pekín 2008. Foto: EL COMERCIO
Entrevista a Jefferson Pérez, campeón olímpico de marcha en 1996. Pérez es partidario de mejorar la estructura del deporte, desde la masificación de los niños hasta llegar a los deportistas de élite. Propone el proyecto #1000#10 Ecuador, para encontrar medallistas, a ejecutarse en 10 años.
Ecuador solo tiene una medalla de oro, la suya de 1996. ¿Que solo haya una presea demuestra las falencias del deporte ecuatoriano o debe haber matices en el análisis?
En los Olímpicos de Londres anteriores tuvimos un deportista ubicado en un séptimo puesto, Álex Quiñónez, en los 200 metros de velocidad. Ahora tenemos un cuarto lugar, con Alexandra Escobar en pesas. Es necesario hacer una curva de rendimiento en las últimas dos décadas, exceptuando la medalla de oro que se ganó en Atlanta. Pero es vital ver el antes y después para sacar conclusiones claras y, a partir de ahora, proponernos en transformar el deporte en un proyecto a largo plazo como lo han hecho países cercanos.
Las políticas públicas son las que sostienen los proyectos, ¿en el deporte ecuatoriano pasa eso?
Definitivamente hay un proceso de pretender hacer algo que nos podemos desmerecer como es la parte física de estructura (llámese escenarios, en general). Pero es necesario poner este ejemplo: el hecho que tenga un vehículo con mayor octanaje, con más caballos de fuerza, no implica que voy a ganar. Necesitamos los ingenieros con un equipo y un piloto que pueda conducir. No es el hecho de dar más dinero para el vehículo porque si fuera de recursos económicos los países desarrollados ganarían todas las medallas olímpicas y el resto de naciones no tuviéramos oportunidades. Es un tema de un proyecto integral del deporte y eso es lo que le falta al país.
¿Eso quiere decir que el dinero no ha sostenido los proyectos?
Es necesario aclarar quién le ha entregado el dinero al deporte en los últimos años. Es el Estado a través del Ministerio del Deporte, pero aquí hay que precisar que hemos tenido varios ministros en los últimos años. Por eso, sin cuestionar a esos funcionarios que han pasado por esos cargos, ¿Cómo podemos tener un proceso claro para Juegos Olímpicos si en tres años se cambiaron tantas cabezas, tantas prioridades? Eso no es una política clara.
¿Usted por qué no se involucró antes?
Siempre he estado allí y lo he hecho de distintas maneras. Pero en esta ocasión hice público un proyecto mío llamado #1000#10 Ecuador, que son 1 000 deportistas preparados para los próximos 10 años, con una meta que 10 de ellos obtendrían medallas, con preparación técnica, científica y económica. Esto es un proyecto que debe ir cumpliendo objetivos. Lo que nos falta es tener una visión más clara, en la que los programas olímpicos no son procesos de gobierno, son políticas de Estado, como nación. Es decir, cualquiera que venga o que esté en funciones, sea de izquierda, derecha… Independientemente de eso, el plan tiene que seguir y con una visión ejecutiva.
¿Con esa propuesta tiene aspiraciones políticas?
Mi propósito es ayudar al deporte. Vengo insistiendo desde años atrás por mejorar la estructura, sin involucrarme en ningún partido político. Voy a ser un poco arrogante: la única manera que Ecuador logre medallas olímpicas es a través de un proyecto y ese es el que hemos planteado. Lo va a sociabilizar a través de las actuales autoridades estatales. Es necesario, fundamental. No solo con las autoridades, sino con la ciudadanía en general. Pero, más allá de eso, hay que mirar hacia adelante y establecer políticas claras. Y este plan está a la disposición, con una base técnica, científica y profesional.
¿Eso quiere decir que hay que replantear la actual estructura del deporte?
El deporte sí ha tenido cambios. Por ejemplo, hoy en día la estructura del país (escenarios, canchas…) es mejor que 20 años atrás. Eso es un gran paso. Uno de los ejemplos es que existe una pista pública de atletismo en Quito, con una de los mejores materiales sintéticos del mundo. Es un poco cruel decir que no hemos logrado medallas olímpicas porque no se han hecho procesos. Creo que hemos dado pasos, pero necesitamos dar otros más rápidos, amplios y sostenidos, a través de programas estructurados como lo han hecho otros países de la región.
¿El mejor ejemplo para emular es el de Colombia?
Colombia ha tenido un desarrollo más integral, con ocho medallas ganadas en los Juegos de Río. Y, con el respeto de los colombianos, no creo que tengamos inferioridad de recursos humanos y de materiales. Ese país lo que hizo es establecer una política clara de Estado, hace muchos años, que ahora las está cosechando.
Los países en la región empiezan por la infraestructura y después por seleccionar el recurso humano, ¿por qué pasa eso?
Es por el apuro de obtener resultados. Pero en Ecuador existe una infraestructura importante, subutilizada probablemente. Digo esto porque conozco información de algunos datos de Centros de Alto Rendimiento que no están siendo usados con el propósito que se construyeron.
La sociedad es severa y se ha quedado con la evaluación de que los deportistas fracasaron en Río, ¿por qué pasa eso?
Es un círculo muy pequeño que desconocen los valores y esfuerzos que se hacen para competir en la alta competencia. Es vital reconocer el sacrificio de ellos, en una situación como la nombrada anteriormente. Lo que sí creo es que a muchos dirigentes les falta profesionalismo y hay otros que se resisten a mutar.