En Canoa, Manabí, aún no hay un espacio para colocar el campamento educativo. Foto: Armando Prado/ EL COMERCIO
Los campamentos educativos no fueron instalados en Jama y Canoa, dos localidades manabitas afectadas por el sismo de 7.8 grados del 16 abril. Estas estructuras tenían que ser instaladas antes del lunes 2 de mayo, pero surgieron complicaciones.
La secretaria de la Política, Paola Pabón comentó, el pasado domingo 30 de abril, que este lunes iniciarían actividades educativas los estudiantes de los dos sectores.
La Secretaria, que es la delegada del Ejecutivo para coordinar acciones en ambas localidades, expresó que en Jama se destinó un espacio cercano al mercado para construir un cercado en el que iban a poner carpas para que acudan los estudiantes.
Pabón aclaró que no iban a empezar clases. Las actividades educativas consistían en un censo a los niños y adolescentes que acudan al campamento para conocer cuántos se quedaron en las zonas afectadas tras el terremoto. También se les iba a preguntar el estado emocional de los menores.
Sin embargo, este lunes no hubo campamento cerca del mercado. Este Diario acudió a la carpa en donde suele sesionar el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) de Jama, en el estadio.
Uno de los funcionarios señaló que no pudieron hacer el cerco porque, primero, sacaron a las familias damnificadas que colocaron sus carpas ahí. Ninguna autoridad de educación que estaba en el COE de Jama habló al respecto.
En una carpa amarilla cercana, los profesores de los colegios y escuelas de Jama se reunieron. Ahí se les informó que debían hacer un censo. Se formaron cinco grupos que irán casa por casa para tomar información de los estudiantes.
En hojas arrancadas de los cuadernos los docentes hicieron las listas. María Auxiliadora Cevallos, de la escuela Brasil Leonidas García, encabezó la coordinación de sus compañeros. Ella vestía de negro y blanco. Estaba de luto porque una tía murió en el terremoto. Tiene complicaciones debido a que su casa fue destruidas y ahora vive en una finca de sus hijos.
Los docentes salieron del estadio y fueron a tocar puertas. Adrián Chica, profesor de Anatomía sacó una bicicleta y con ella recorrió las calles de la ciudad. En su mano derecha llevaba hojas para preguntar la edad de los estudiantes, la cédula, el estado emocional y si es que alguien de la familia había fallecido. Tienen hasta el miércoles para completar la tarea.
Los niños que todavía viven en casas que no fueron destruidas por el sismo se protegen del sol de mediodía. No juegan, están en las veredas. Dicen que quieren volver a las escuelas. Es imposible por el momento. Pabón detalló que el 90% de la estructura educativa está afectada.
Los niños que están en los albergues temporales tratan de cumplir con actividades educativas. En el albergue de Jama Melchor Cevallos, los niños cantaron Los pollitos dicen. La profesora Ina Hidalgo se distribuye para organizar juegos para los más pequeños y para reforzar conocimientos para los más grandes. Hay adolescentes de 14 años que también están en la carpa del albergue y cuidan de los más pequeños.
En las paredes de plástico están dibujos de los infantes. Imaginan que están con sus familias, dibujan lo que fue sus casas, animales y otros trazan calles destruidas. No alejan de su mente el recuerdo del terremoto.
En Canoa la situación es más difícil, reconoció Pabón. Aquí todavía no hay un lugar en el que podrían colocar el campamento educativo. También se reunieron los profesores para empezar con un censo.