Jaime Nebot: ‘El país no necesita acuerdos políticos sino coincidencias’

Entrevista a Jaime Nebot. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Entrevista a Jaime Nebot. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

¿Cuándo anunciará su candidatura?
No. No quiero hablar del tema electoral. Puedo adelantar que es algo que tengo que decidir. No está decidido todavía, pero pronto. Porque sea que yo lleve esa bandera o que la lleve otro de mi partido, hay que tener el tiempo necesario y estamos virtualmente a un año de la primera vuelta. De manera que pronto se sabrá.

Este Diario hizo un reportaje que lo ubicaba como figura de la derecha. Sin embargo, hubo voces que dijeron que no es así…
Eso es verdad. Yo no creo ni en la derecha ni en la izquierda. Respeto las ideologías y las considero importantes. Al igual que respeto a los partidos, pero he dicho que la única ideología en la que creo es en la de la prosperidad. Los ecuatorianos tienen que vivir bien, como merecen, tienen que progresar; y para eso, sin denostar las ideologías, hay que ser pragmáticos, hay que buscar resultados.

Lo que hemos hecho en Guayaquil no tiene que ver con regiones ni ideologías sino con eficacia, solidaridad, con una administración que yo no califico de exitosa, sino la gente. Me retiré de la Alcaldía de Guayaquil después de 19 años, con 86% de aceptación a mi gestión, y no he tenido nunca un 86% de los votos, lo cual es más meritorio, porque mi votación promedio ha sido 65%. Entonces, yo lo que creo es en una economía social de mercado, que está tan alejada de la extrema derecha como del socialismo.

¿Centro-derecha?

Nunca apelo a esos calificativos y no voy a dejar que me etiqueten... o me etiquetan como soy: un hombre que tiene conciencia social y eficacia para administrar. Si usted resuelve el problema económico de una ciudad o de un país, puede hacer obra social y proteger a la gente más vulnerable. Y si hace eso, normalmente no tiene problemas políticos. Si cree que todo es política y que la economía está al final, usted hace una mala política, administra mal, no tiene dinero, no pude resolver el problema social y acaba con un enorme problema político.

Pero acabamos de salir de 10 años de un gobierno de izquierda, estamos en una transición. ¿No es momento de las ideologías?
No. Porque tampoco creo que hemos salido del gobierno de izquierda. Yo creo que hemos salido de 10 años de un gobierno que tuvo la más grande cantidad de dinero que ha tenido gobierno alguno de historia el Ecuador, que pudo emplearlo bien, hacer con ese dinero muchísimo más de lo que hizo. Y no soy de los que dicen que Correa no hizo nada. No, nadie es enteramente malo ni enteramente bueno, pero Correa desperdició su oportunidad, desperdició una enorme cantidad de dinero y nos dejó tremendamente endeudados.

Cuando hay abundancia, el mal administrador no se nota. El buen administrador sabe aplicar ese dicho de que hay que ahorrar en las vacas gordas para las vacas flacas, y que mantiene un promedio aceptable de dinero, gastando poco e invirtiendo mucho para satisfacer la necesidad de la gente, especialmente de la gente vulnerable. En eso creo. Usted a eso le puede hacer ideología o ponerle el nombre que usted quiera, para mí no es derecha o izquierda, es una ideología de la prosperidad.

Pero si no decide su candidatura estaría en un error político, porque el PSC fue la primera fuerza tras las elecciones del 2019 y eso se puede diluir.
Primero, no se va diluir en el tiempo, porque es una decisión que voy a tomar rápidamente. Los grandes proyectos no pueden depender de un hombre o una mujer. Eso es absolutamente vanidoso, son metas que no tienen plazo, cuya realización es su objetivo y tienen que ser emprendidas por el conjunto de la sociedad. En el país no se necesitan acuerdos entre partidos ni acuerdos políticos sino consenso; que no es unanimidad, sino opinión coincidente en muy pocos temas para que arranque, para que despegue.

Tras las elecciones hubo un acuerdo con 72 municipios y algunos consejos provinciales, y parecería que no marcha…
Está marchando.

¿Cómo?
Está marchando en aquello en lo que se firmó el acuerdo. Era un acuerdo básicamente en Internet y tabletas gratuitas para la educación, libros gratuitos y clínicas móviles. Y en eso la ejecución del acuerdo está rodando. Usted debe comprender que son gobiernos que, salvo dos o tres de reelección, son nuevos, que tienen apenas nueve meses en el poder. Entonces, es importante que las cosas se cumplan dentro de los plazos.

En un libro de Mario Elgarresta se habla de sus errores en la campaña de 1996. ¿Qué aprendió o cómo va a jugar con esa experiencia que ya vivió?
El Jaime Nebot de hace 25 o 35 años, en lo básico, en su conciencia social, es el mismo. Pero evidentemente uno evoluciona, tiene más paciencia, tiene más apertura, sabe que las cosas hay que hacerlas rápido; pero como decía Napoleón: ‘vísteme despacio que estoy de prisa’. Sabe que se puede tener adversarios a los que uno no tiene que considerar como enemigos. Se genera no la imposición de una filosofía, sino la discusión de los pocos acuerdos básicos para sacar adelante una misión. Más allá de eso, no fue la campaña de 1996, sino la de 1992, a la que se refiere Elgarresta. Allí, él tuvo discrepancias con gente que opinaba.

Hay algo que aprendí, y fue oír a toda persona que considere que puede aportarme con una idea, y a quienes son adversarios también. Pero al final, uno tiene que decidir solo. Esa es la soledad del poder y es el ejercicio correcto del poder: usted no puede dejarse mangonear cuando usted está en una Alcaldía, en la gerencia de una empresa del Estado, en una Prefectura, y no digamos en la Presidencia de la República; hay que oír con amplitud y con apertura, y hay que decidir en solitario. Y si uno se equivoca, se rectifica.

Yo aprendí básicamente dos cosas de la formación que tuve durante algunos años con los jesuitas. Primero, el cultivo de la lógica, y la otra es lo que decía el fundador de la orden, San Ignacio de Loyola: “No hay peor riesgo que no correr ninguno”.

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