Entrevista a Jaime Nebot Saadi. Foto: API para EL COMERCIO
¿Qué será de Jaime Nebot después de 19 años de administrar a Guayaquil?
Un tiempo para mis actividades personales, de las que vivo, que no son en Guayaquil. Estaré más con mi familia, ahora que me sobrará el tiempo que dedicaba al Municipio.
¿En qué va a emplearlo?
Estar al frente del Comité para celebrar por todo lo alto la Independencia de Guayaquil en su aniversario 200. Y en el compromiso de campaña, quiero compartir lo que se ha hecho en Guayaquil. Han venido prefectos y una treintena de alcaldes con el ánimo de implementar un programa.
¿Dejar el Municipio significa dejar el poder?
El poder es un instrumento para servir, nunca he sido apegado al poder. Cuando se es racional se saben dos cosas: el poder es transitorio y es para servir; no es para perseguir, es para ayudar. Que muchas provincias puedan hacer realidad lo que se hizo en Guayaquil, es una gran satisfacción.
¿Ese trabajo con los municipios será la plataforma para llegar a la Presidencia de la República?
No, es servicio. Siempre la gente confunde las buenas acciones con el poder porque son enamorados del poder.
¿En qué consiste?
En cinco ítems: educación y tecnología, con libros gratuitos para bachillerato, tabletas e Internet gratuita; salud, con clínicas móviles y hospitales del día; legalización de terrenos y en vivienda.
Los nuevos alcaldes asumirán con un Estado en crisis. ¿Cómo se puede concretar lo que propone?
En Guayaquil no ha existido milagros ni magia. Sí mucho sentido común, pasión por servir, eficacia y solidaridad. Así, en plena crisis, no tener contratistas impagos, incrementar programas, pagar y terminar obras que cuestan mucho, antes de que explote la crisis. Hay ejemplos, una tablet nueva en el mercado cuesta USD 380; a nosotros, 101.
¿Por qué?
El concurso se maneja honestamente, es nacional e internacional. En lugar de comprarle al importador, que paga impuestos y lo suma al costo, le compro directamente al fabricante internacional.
¿La recomendación es entregar a la empresa privada el desarrollo?
La empresa privada es la mejor aliada que pueda tener el administrador público local, provincial y nacional. Es lo que he hecho. Hay que ser severos en las negociaciones, buscamos empresarios, no ‘empresaurios’; y dar seguridad jurídica, confianza y estímulos. El Estado debe conservar las fuentes generadoras de riqueza y ceder a la empresa privada, bajo premisas muy claras y severas, la administración.
¿Por qué?
El usuario recibe mejor calidad y mejor precio. No hay carga de empleados públicos y encima se recibe dinero.
¿Cuántos empleados deja en el Municipio?
Acabamos con 3 960 y yo recibí 3 985. Y antes de que me pregunte lo que dicen por ahí, no están los empleados de las corporaciones, fundaciones, etc. Pero todas las fundaciones siguen el modelo del Municipio, que queda con un presupuesto donde el 86,2% es inversión y servicios y el 13,8% es empleados y otros gastos.
¿Le deja a Cynthia Viteri la mesa servida?
Ella se formó en un equipo acostumbrado a servir. Nosotros somos grandes servidores, no grandes comensales.
Usted ha dicho que la prosperidad del país no puede esperar hasta el 2021. ¿Qué significa eso?
Esa frase se ha mal interpretado por los que siempre piensan al revés. La prosperidad está atrasada, con excepción de algunas ciudades, en el resto del país hay que inaugurarla y no esperar al año 2021, hay que hacerlo en el 2019.
¿Va a liderar una nueva corriente, como la desaparecida Unidad?
Aprendí.
¿Decepcionado?
No, simplemente aprendí. Nos equivocamos. Yo pensé que era un movimiento pro país que podía juntar partidos, movimientos; ellos entendieron que era alrededor mío como candidato. Por eso ahora no hablo de unidad ni de fusiones ni de partido ni de membrete, hablo de que aquí hay un partido: el Ecuador, una ideología: la prosperidad.
¿Es posible un acuerdo nacional, como propone el Gobierno?
Dialogar es el mecanismo de la gente civilizada para entender y resolver problemas. El PSC ha ido al diálogo para presentar prioridades: la inseguridad, la muerte, la violación, el secuestro y el robo ya no aguantan más. Y si para eso hay que cambiar la Constitución, hay que hacerlo. Además, agilizar la inversión privada local y extranjera; abrir nuevas fronteras del empleo, crear nuevas formas de contratación pública y privada;
y la seguridad social.
¿Cómo está su relación con el presidente Moreno?
En lo personal buena, como siempre, el Presidente es un amigo de toda la vida, le tengo respeto, eso no quiere decir que concuerdo con todo lo que hace o con lo que no hace.
¿En qué no concuerda?
En lo político, el Presidente ha tenido muchos aciertos, no estoy de acuerdo con la política económica y financiera del Gobierno, no tanto en su concepción sino en su resultado. Creo que el Estado sigue siendo grande, la deuda sigue su marcha y la economía sigue sin crecer adecuadamente.
¿Va a seguir apoyándolo?
En todo lo que tenga razón, al Gobierno y a mis adversarios políticos, cuando la tengan. Y en lo que no tengan razón, ni a mis coidearios políticos ni a nadie.
Hoja de vida
Nació en Guayaquil, el 22 de octubre de 1946. Es Alcalde de Guayaquil desde el 2000, por cuatro periodos consecutivos. Sucedió a León Febres Cordero. Fue diputado. Candidato presidencial en dos ocasiones (1992 y 1996).
Es líder del Partido Social Cristiano (PSC).