Jerusalén, AFP
Israel levantó su bloqueo de Cisjordania y reabrió al público la explanada de las Mezquitas de Jerusalén, pero la policía seguía el miércoles en estado de alerta en esta ciudad, donde el martes se registraron violentos choques con manifestantes palestinos, los más graves desde hace años.
En el plano diplomático, la tensión disminuyó entre Israel y Estados Unidos, después del tono sumamente vivo de los últimos días, y los dos países reiteraron la solidez de su alianza.
“Nadie habla aquí de una tercera (Intifada, o rebelión popular palestina). Hubo el martes algunos focos de violencia en Jerusalén, pero hemos restaurado el orden”, declaró el portavoz de la policía israelí, Micky Rosenfeld.
“Alrededor de 3 000 policías se mantienen en estado de alerta en Jerusalén, más particularmente en el sector oriental” de la ciudad (anexado por Israel en 1967), para prevenir cualquier nuevo brote de violencia, precisó.
Los medios de información israelíes temen un aumento de la tensión el viernes a la salida de las tradicionales plegarias musulmanas.
El acceso a la Explanada de las Mezquitas de la Ciudad Vieja de Jerusalén, tercer lugar santo del Islam, está “ahora abierto, tanto para los fieles musulmanes como para los turistas”, agregó Rosenfeld.
El acceso a la Explanada estaba prohibido desde hacía varios días a los musulmanes de menos de 50 años de edad y a los visitantes no musulmanes.
En otra señal de disminución de la tensión, Israel levantó el bloqueo de Cisjordania, en vigor desde el 13 de marzo.
Por primera vez en un año, esta medida fue impuesta por “razones de seguridad” y no con motivo de un día de fiesta judía.
“En conformidad con una decisión del ministro de Defensa, Ehud Barak, hemos levantado esta noche el bloqueo” de Cisjordania, dijo un portavoz del ejército israelí.
El miércoles por la mañana se registraron choques aislados en los alrededores de Naplusa (Cisjordania). Tres palestinos que lanzaban piedras fueron heridos por soldados israelíes que dispararon balas de goma para dispersarlos, según una fuente médica palestina.
Este retorno a una calma precaria se registra al día siguiente de una “Jornada de la ira” en los territorios palestinos, marcada por enfrentamientos entre manifestantes palestinos y soldados israelíes.
Quince policías fueron levemente heridos y 60 manifestantes fueron detenidos. Veintiún manifestantes palestinos sufrieron heridas que necesitaron hospitalización, en tanto que decenas de otros sufrieron heridas leves, según la Media Luna Roja palestina.
Los palestinos manifestaban por la “defensa de Jerusalén”, en particular en protesta por la inauguración el lunes de una sinagoga en la Ciudad Vieja de Jerusalén, percibida como una provocación.
Los disturbios agitaron durante todo el martes varios barrios de Jerusalén Este, e incidentes esporádicos se registraron en Cisjordania. Por la noche se extendieron a la ciudad israelí de Jaffa (de mayoría árabe y vecina de Tel Aviv) , donde se señalaron apedreamientos de autobuses.
“El fuego y las piedras”, tituló el miércoles el principal diario israelí, Yediot Aharonot.
Estos enfrentamientos estallaron en momentos en que Estados Unidos despliega esfuerzos para tratar de organizar negociaciones indirectas entre israelíes y palestinos, esfuerzos que parecen estancados a raíz de la autorización del gobierno de Israel a la construcción de nuevas viviendas para colonos judíos en Jerusalén Este.
En ese contexto, el presidente de la Autoridad palestina, Mahmud Abas, reiteró el miércoles su exigencia de un cese completo de la colonización israelí en los territorios palestinos antes de participar en negociaciones indirectas con Israel. “No tenemos condiciones previas, pero pedimos la aplicación de las obligaciones (de cada parte) para participar en las negociaciones indirectas”, declaró Abas.
Por su parte, el movimiento islamista Hamas reafirmó el miércoles en Gaza su llamamiento a una Intifada para defender Jerusalén. “Consideramos que la Intifada frente al ocupante es una obligación fundamental para poner fin a su desprecio hacia el pueblo palestino”, afirmó el gobierno de Hamas en un comunicado.