El Gobierno mantiene la opción de bajar el Impuesto a la Salida de Divisas

Trabajadores de la Distribuidora Quito Molinos San Luis. El trigo importado paga el impuesto a la salida de divisas.

Trabajadores de la Distribuidora Quito Molinos San Luis. El trigo importado paga el impuesto a la salida de divisas.

Trabajadores de la Distribuidora Quito Molinos San Luis. El trigo importado paga el impuesto a la salida de divisas. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

Hace poco más de un año la Ley de Fomento Productivo abrió la posibilidad de revisar gradualmente el impuesto a la salida de divisas (ISD), sin embargo, la tarifa todavía no se ha modificado.

La norma fijó, en su disposición general segunda, que el Presidente de la República podrá, con base en las condiciones de las finanzas públicas y de balanza de pagos, reducir gradualmente la tarifa del ISD, con dictamen previo favorable del Ministerio de Economía.

Consultado recientemente por este tema, el ministro de la Producción, Iván Ontaneda, confirmó que podría haber una disminución progresiva del tributo. “Estamos analizando, lo que pasa es que los números no son tan fáciles”, dijo.

Las prioridades del Gobierno han cambiado frente a este tema en los últimos meses.

En la carta de intención que Ecuador envió el 1 de marzo pasado al Fondo Monetario Internacional (FMI), como antesala al acuerdo de financiamiento, el ministro de Economía, Richard Martínez, expuso el propósito de “empezar gradualmente a eliminar el distorsionante impuesto a la salida de divisas, una vez que hayamos recuperado la estabilidad macroeconómica y fortalecido la posición de las reservas”.

Sin embargo, en el reporte del FMI de julio de 2019, las autoridades hablan de que preparan estudios sobre la supresión progresiva del tributo, y no precisan cuándo tendría lugar la eventual medida.

Gremios empresariales abogan por el retiro del impuesto.

La ministra de Turismo, Rosi Prado, dijo ayer que en la política de cielos abiertos hay temas pendientes, como el no cobro del ISD para las empresas aéreas. La funcionaria aseguró que este tema estaría incluido entre las reformas legales que alista el Gobierno, aunque tampoco precisó fechas.

Pero el ministro Martínez, quien lidera el análisis de las reformas económicas, no ha dado luces de si el pedido de las aerolíneas está incluido.

Para Fausto Ortiz, exministro de Finanzas, es poco probable que el Gobierno concrete la eliminación, dado que el gravamen aporta importantes recursos al Fisco. Si se deroga se requerirían otras medidas para compensar esos ingresos.

Una opción, dice Ortiz, sería subir el impuesto al valor agregado (IVA). Pero esta posibilidad ya fue descartada por el Ejecutivo en julio pasado.

Luego del IVA y del impuesto a la renta, el ISD es el tercer rubro que más recauda el Servicio de Rentas Internas (SRI). En el 2018 generó USD 1 206 millones. Desde el 2012, la tarifa del ISD se ha mantenido en 5%. Grava a las transferencias o envíos de dinero al extranjero.

Los cuatro principales rubros que este año aportan al impuesto son las transferencias, envíos o traslados al exterior; por presunción de todo pago efectuado desde el exterior; por espectáculo público; y por presunción en exportaciones.

Están exentos los consumos presenciales con tarjeta de crédito o débito en el exterior por menos de USD 5 000. Los traslados de divisas, excepto mediante tarjetas de crédito o de débito, no pagan hasta un monto equivalente a tres salarios básicos unificados. Hay más exenciones.

Adicionalmente, existen devoluciones y crédito tributario para los industriales que importen materia prima e insumos para la producción.

El crédito tributario aplica solo para los bienes que sean reconocidos en el listado anual que publica el Comité de Política Tributaria, recuerda Cinthia Uzcátegui, vicepresidenta de Census Consultores.

Quienes gocen de este beneficio pueden descontar el pago del ISD en el momento de declarar el IR, explica Uzcátegui. El crédito tributario puede ser usado hasta por cinco años.

Diego Córdoba, titular de la Asociación Ecuatoriana de Molineros, explica que las devoluciones y créditos tributarios no compensan las desventajas que enfrenta la empresa nacional. Las molineras importan trigo de Estados Unidos y Canadá, en su mayoría, para productos de panadería. El año pasado pagaron unos USD 7 millones por el ISD.

Por el contrario, Javier Bustos, socio de Abctax, firma de asesoría tributaria, sostiene que el impuesto debe seguir porque es de menor evasión y ayuda a controlar la salida de dólares. El experto rechaza que limite la atracción de capitales, puesto que la legislación actual brinda años libres de pago a las nuevas inversiones.

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