Según los informes de la televisión estatal iraní, Irán ya no mantendrá ningún límite del acuerdo nuclear de 2015. La decisión se produce después de la muerte del líder de la Fuerza Quds de Irán, Qasem Soleimani, el 3 de enero de 2020 tras un ataque aéreo estadounidense en el aeropuerto internacional de Bagdad. En la foto, el presidente iraní Hassan Rouhani (d) y el jefe de la organización de tecnología nuclear de Irán Ali Akbar Salehi el pasado 9 de abril de 2019. Foto: EFE / Oficina de la Presidencia de Irán
El Gobierno iraní ha anunciado este domingo, 5 de enero del 2020, el final de las restricciones sobre la producción y enriquecimiento de uranio pactadas en el acuerdo nuclear firmado en 2015 en un nuevo y prácticamente definitivo alejamiento de sus compromisos con el pacto, acelerado en esta ocasión como represalia por la muerte del general Qasem Solemaini el pasado viernes durante un ataque de Estados Unidos en la capital de Iraq, Bagdad.
“La República Islámica de Irán pondrá fin a sus limitaciones finales en el acuerdo nuclear. Por lo tanto, el programa nuclear de Irán eliminará todas las restricciones de su producción de uranio, incluyendo el porcentaje de enriquecimiento y la cantidad de uranio enriquecido, así como las cortapisas a su investigación y desarrollo”, según un comunicado del Consejo de Seguridad Nacional de Irán, emitido al final de su reunión de emergencia de este domingo, y recogido por el diario estadounidense The New York Times.
Según el mismo comunicado, el Gobierno iraní reitera su compromiso con la OIEA, Organismo Internacional de Energía Atómica que controla minuciosamente el programa nuclear de Teherán, y promete volver a cumplir los términos del acuerdo nuclear si Estados Unidos retira todas las sanciones en vigor y garantiza sus intereses.
En el comunicado oficial, indica que el quinto y definitivo paso de reducción de compromisos nucleares “elimina la última restricción técnica que quedaba, que era el límite en el número de centrifugadoras”, que era de unas 6 100 para la producción de uranio.
El programa nuclear de la República Islámica de Irán no enfrenta así restricciones operativas a la capacidad y el porcentaje de enriquecimiento de uranio, la cantidad de material enriquecido y la investigación y el desarrollo.
A partir de ahora, el programa nuclear de Irán se desarrollará únicamente en función de sus “necesidades técnicas”, agregó el texto, publicado tras una reunión del Gabinete presidido por Hasan Rohaní.
Pese a dejar de cumplir con las limitaciones, el Ejecutivo iraní no anunció su retirada del histórico pacto, que sí fue abandonado en mayo de 2018 por Estados Unidos, que reimpuso además sanciones a Irán.
Irán empezó en mayo pasado a dejar de cumplir gradualmente sus compromisos nucleares y a dar ultimátums de dos meses al resto de firmantes del acuerdo (Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania) para que contrarrestaran las sanciones estadounidenses.
Mantiene la cooperación con la OIEA
La cooperación de Irán con el OIEA continuará como antes, informó la nota oficial, lo que indica que las autoridades persas seguirán permitiendo las inspecciones de los expertos del organismo internacional.
El OIEA tiene el deber de verificar el cumplimiento del acuerdo nuclear y la implementación del Tratado de No Proliferación (TNP) y de los acuerdos de salvaguardas (controles) del programa atómico iraní.
El acuerdo nuclear, JCPOA en sus siglas en inglés, limitaba el programa atómico de Irán a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales, por lo que la salida de EE.UU. lo dejó seriamente debilitado.
Europa ha tratado de tomar medidas para salvar el pacto, pero ninguna ha sido efectiva y el canal especial de pagos prometido para sortear las sanciones todavía no se ha puesto en marcha.
Un paso más por la tensión
El portavoz del Ministerio de Exteriores de Irán, Abas Musaví, explicó horas antes del anuncio oficial que ya se habían tomado una serie de decisiones respecto al quinto paso pero que estas se podían ver afectadas debido a “la situación actual”.
El pasado viernes, EE.UU. mató en un bombardeo en Bagdad al comandante de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria iraní, Qasem Soleimaní, y Teherán ha prometido que vengará ese crimen.
Ante estas amenazas, el presidente estadounidense., Donald Trump, aseguró ayer que tiene identificados 52 objetivos de Irán para responder “muy rápido” y “muy fuerte” a las eventuales represalias de Teherán.
Teniendo en cuenta esas declaraciones, el portavoz de Exteriores indicó que “en política, todos los acontecimientos y amenazas están vinculados entre sí”.
La posibilidad de que el asesinato de Soleimaní afectara al ya maltrecho acuerdo nuclear era una opción que temían los otros firmantes, por lo que la Unión Europea hizo un intento in extremis hoy para evitarlo.
Llamamiento de la UE
El Servicio Europeo de Acción Exterior informó de que el jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, había invitado al ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, a Bruselas para tratar este asunto.
Borrell subrayó “la importancia de preservar” el acuerdo nuclear iraní que, a su juicio, “sigue siendo crucial para la seguridad global”, mientras que Rusia, aliado de Irán, expresó su esperanza de que el asesinato del comandante Soleimaní no afectara al JCPOA.
Las autoridades iraníes ya superaron a principios de julio tanto el límite de 300 kilos de reservas almacenadas de uranio como el nivel de enriquecimiento del 3,67%, alcanzado una pureza del 4,5%, que ahora puede ser incluso superada.
Teherán ha asegurado que es capaz de volver a enriquecer uranio al 20% rápidamente ya que alcanzó antes de la firma del pacto ese nivel que es, no obstante, muy inferior al necesario para desarrollar la bomba atómica.
También se ha superado el límite de almacenamiento de agua pesada, se ha puesto en funcionamiento centrifugadoras avanzadas IR-4 e IR-6, cuando el JCPOA solo permite usar las de primera generación, y se ha empezado a enriquecer uranio en la planta de Fordo.
Pese a dejar de cumplir sus compromisos, las autoridades iraníes han reiterado en numerosas ocasiones que su objetivo no es fabricar armas nucleares.